martes, 19 de mayo de 2009

101 Ronda. XIIIª Edición (Por Victor)


La “Cientouno” se ha convertido en una carrera muy conocida y apreciada entre los aficionados a la bicicleta de montaña pero tanto ellos como los atletas sabemos que el verdadero protagonismo lo tienen los marchadores, personas sin límites que se atreven a enfrentarse nada más y nada menos que a dos maratones y medio y en un trazado de montaña. Para mi estreno en esta prueba decidí no obstante que sería más razonable hacerla en la modalidad duatlon, consistente en 77 km en bicicleta, 17 corriendo y los últimos de nuevo en bicicleta. No es que no sea duro, que lo es, es que al lado de un corredor no te atreves a presumir de nada, sólo puedes decir que tú también la hiciste…

La carrera cuenta con una organización ejemplar, una logística perfecta y una ciudad volcada, con pancartas de bienvenida a los participantes y unas calles cuidadosamente engalanadas para dar abrigo y ánimo a todos los valientes que acuden a la cita. Así, cuando llegamos el viernes a Ronda mi amigo David y yo no tardamos en sentirnos como los héroes que llegan a algún sitio para realizar su proeza al día siguiente. La primera parada obligada fue la recogida del dorsal y dejar nuestras bicicletas en el campo de fútbol custodiadas por legionarios. A continuación nos dirigimos al punto donde dejamos la bolsa con las zapatillas de correr para que estuviera dispuesta en el momento de la transición bici-correr. Según me contó Cristian los corredores dejaban dos bolsas allí con calcetines secos, bastones, etc.

No tardamos en reunirnos con los amigos del club Triatlón Armilla que ya estaban dando buena cuenta de unas verdes. Allí estaban Antonio el Chico y nuestro Iron Man-uel, como perfectos maestros de ceremonia. También compartimos esas cervezas con otros componentes del club, a los cuales no conocía aún: Rubén, Julia, David “Tiburón” Tapia y su novia, y los valientes que la iban a hacer a pie por segundo año consecutivo y sólo dos semanas después de hacer Mapoma: Jesús y Mariola. El ambiente era de fiesta, no sé si había nervios pero yo creo que más bien sentíamos euforia. Finalmente fuimos a la cena de la pasta para una última carga de carbohidratos y nos dirigimos con nuestro saco al polideportivo a ¿dormir?.

Nos levantamos con el corneta a toque de diana (que recuerdos…) y empieza la aventura. Si para un corredor prepararse para una prueba tiene su ritual imagínense para un ciclista o un duatleta: allí estábamos revisando todo el equipo, presión de las ruedas, frenos, amortiguación, cámaras de repuesto, bote de agua, casco, protector solar, gafas, guantes…basta ya!. Por un pequeño despiste entramos en la salida muy tarde y nos vemos obligados a quedarnos en la puerta. La participación es masiva, toda la pista de atletismo está llena de bicicletas y los que no cabemos esperamos encima de la grada. En el campo de fútbol se concentran los corredores. El ambiente es festivo: música, un “speaker” muy animado y para salir cuenta atrás y… un cañonazo.










Tardamos unos 25-30 minutos para poder subir a la bicicleta (los corredores saldrán detrás), hacemos 4 km de travesía por toda la ciudad y al salir de Ronda… de nuevo nos paramos, es una salida neutralizada, los 101 contarán a partir de ahora. Aprovechamos para juntarnos alguna gente del club, intercambiar risas y hacernos unas fotos.




La salida se hace por una carretera amplia pero es complicado adelantar en un pelotón tan numeroso. Hacemos una bajada por el Tajo de Ronda, con unas vistas impresionantes de la localidad, y no tardamos en tomar una pista forestal que se adentra en esos parajes andaluces tan evocadores. Empezamos a coger ritmo y vamos adelantando ciclistas continuamente, no tardamos en encontrarnos con los primeros corredores que habían hecho un recorrido alternativo mientras se daba esa salida neutralizada para el pelotón ciclista. No puedo evitar sentir admiración y respeto por todos los que van corriendo, así que les doy palabras de aliento y les ofrezco agua, lo que puedo… El primer avituallamiento lo hacemos en el km 15 y quizá por inercia, por curiosidad, no sé, el caso es que sin necesidad aún de tomar nada nos paramos, dejamos las bicicletas y bebemos, comemos fruta, en fin, sin demasiado afán competitivo.

Volvemos al camino y de nuevo vamos adelantando corredores que ya habíamos pasado. Tengo la fortuna de ir en un sitio de la carrera en el que voy acompañando a las primeras unidades de corredores a pie, me convierto en un espectador de lujo de la genuina cientouno. Me llama la atención un corredor en particular, marcha en la quinta o sexta plaza y lleva una coleta llamativa, la oreja llena de pendientes, una camiseta de algodón de los Simpson y un pantalón de fútbol: sería el corredor que ganaría la carrera a pie. Por delante de él, en las primeras posiciones marcha un rostro curtido con un bigote tosco que impone, sin duda un militar, acompañado de un atleta joven que le marca un ritmo duro.





Hace mucho calor y nos encontramos sobre el km 30 en un nuevo avituallamiento parados. Nos vuelven a dar alcance los primeros corredores y yo me acuerdo de las sensaciones que me aparecen en un maratón sobre ese km y le cuento a David la grandeza de lo que están haciendo. Empieza todo el mundo a aclamarlos y a dejarles avituallarse sin guardar cola, son los protagonistas. Un mando militar nos grita “señores, este es un sitio perfecto para abandonar, en 20 minutos estarán tomando cerveza fresquita en Ronda, suban al camión”… así que retomamos las bicicletas y en marcha. Hasta ahora el recorrido ha sido de subidas y bajadas relativamente suaves y mirando el perfil sabemos que lo serio empieza ahora. Nos cruzamos con gente que va por el km 15 de carrera, son los que han salido andando o trotando muy despacio, centenares de personas ante los que no puedo evitar sentir una gran admiración.

Hacemos la primera bajada peligrosa en dirección a Arriate. Los militares señalizan perfectamente las curvas y los tramos peligrosos pero aún así la afluencia masiva y la ansiedad de algunos corredores provocan caídas continuas, las ambulancias militares van y vienen continuamente con personas accidentadas. Llegados a Arriate (km 35) nos enfrentamos a la primera subida seria, son 5 kms de ascensión en un camino angosto con unas rampas fortísimas. Desde el primer momento de esta ascensión los lados del camino están colapsados de gente que ha puesto el pie a tierra y ha decidido subir andando. Ajusto el cambio y me propongo no poner el pie en tierra, es muy difícil, no por lo duro de la subida si no porque la gente que va caminando se interpone y debo ir avisándoles y muchas veces tengo que meterme en surcos llenos de piedras sueltas que hacen complicado dominar la bicicleta. Consigo mantenerme milagrosamente sobre la bici y el camino se aclara un poco, estoy adelantando decenas, centenares de corredores en esta subida, tengo unas sensaciones de euforia tremendas, por primera vez desde que hemos salido paso de sentirme espectador de la carrera a sentirme corredor y me gusta la bicicleta. Coronamos en el km 40 en un nuevo avituallamiento. Me quedo esperando a David que ha tenido que bajarse por culpa de alguien que le interrumpió el paso y me encuentro con otro amigo de Albolote (Sergio) que la está haciendo en bicicleta y se encuentra algo contrariado por haber tenido que bajarse por culpa de alguien también.

Bajamos ahora en dirección a Setenil. La subida anterior me ha dado confianza y ganas de competir por lo que bajo rápido y me despego nuevamente de David. Salimos a una carretera y comienzo a cazar grupos tirando de oficio de lo que he aprendido estos dos meses con la bicicleta de carretera: desarrollo bueno, piernas, posición aerodinámica y a rodar. Noto que la gente empieza a flaquear y sigo adelantando grupos hasta llegar a Setenil (km53), donde se encuentra el primer avituallamiento sólido. Llega David, son cerca de las 4 de la tarde y hay una cola inmensa para recoger los alimentos. De nuevo cometemos el error de parar. Hacer la cola, comer, rellenar los botes de agua, etc, hemos parado 45 minutos. Cuando estamos preparándonos para salir llega el primer corredor y es el amigo de la coleta!. Todo el mundo aplaude y yo aprovecho entonces para hacerle fotos. Le veo algo desencajado, el calor es tremendo y hace gestos de tener calambres en las piernas… pero se come un plátano y una naranja y sigue adelante!.

Ahora nos enfrentamos a un tramo de subida nuevamente. La larga parada y el haber comido demasiado hace que las sensaciones no sean de ir muy fino pero poco a poco el cuerpo se va entonando. Después de unos 2 km comenzamos la segunda subida seria, ahora es algo más corta (unos 3 km) pero casi igual de dura que la anterior. Pongo un cambio asequible y se repite el escenario anterior, adelantando a gente que camina con la bici o a otros que suben muy despacio a “molinillo”. Cojo una buena rueda, un chico fuerte que sube a un ritmo parecido al mío, me coloco tras él y vamos alternativamente avisando a la gente para que nos dejen pasar. Coronamos juntos y tras darle la mano espero a David que nuevamente se vio entorpecido al subir y obligado a hacer un tramo a pie. Llegamos al avituallamiento (km66), a mi me duele mucho el asiento, el mono del club es demasiado fino pero le doy aliento a David, nos quedan 11 km para hacer la transición.






Seguimos hasta el Tercio en un descenso vertiginoso en el que tengo una caída tonta pero algo aparatosa para el dedo anular pero no parece roto, así que tras una breve inspección de daños retomo la bicicleta y sigo ruta, aunque con más calma después del susto. Entramos en el cuartel de la Legión y me dirijo directamente a recoger de mi bolsa las zapatillas de correr. Es ponérmelas y sentirme yo mismo, ahora sé que puedo competir. Salgo y oigo ovaciones, el corredor de la coleta está llegando al cuartel y todo el mundo se vuelca con él. Busco a David y entramos al comedor a tomar algo. Recuerdo la carne empanada que me había comentado Mario y veo también perritos calientes pero pienso que no es buena idea deleitarse con esto antes de correr así que tomo un yogur y un plátano y me guardo una barrita en el maillot.

Salimos a correr, sobre el papel serán 17 km (el Garmin de David registró cerca de 20). Por delante la temida subida a la Ermita pero los 2 primeros km son de ligero descenso así que empezamos a trotar. Las piernas están cargadas de la bicicleta pero poco a poco voy sintiendo el ritmo, el pulso va controlado, la respiración acompaña y no tengo ninguna molestia. Me cruzo con gente conocida que vienen de vuelta y están en su tramo final. Veo a Antonio Roca, responsable de que yo me apuntase a esta locura y nos saludamos con júbilo. Comenzamos la subida, serán 3 km duros, así que decidimos hacerlos caminando. Las ganas de correr son grandes, tanto que cada vez que la pendiente se suaviza animo a David para que empecemos a correr. Adelantamos a muchos ciclistas y también a muchos duatletas que van caminando. David hace una parada para orinar pero yo no puedo parar, me siento eufórico de nuevo, estoy en uno de esos momentos místicos de los corredores: Al atardecer, km 83, coronando la Ermita sin dejar de correr, con un ritmo perfecto, la respiración acompasada, recogiendo el fruto de todos esos entrenamientos madrugadores, en altitud, las series, no quiero estar en otro sitio en ese momento… Entro en un estado de euforia grande y empiezo a gritar, les repito a los ciclistas la frase de Cristian del jueves anterior: “el dolor es pasajero, el orgullo para siempre”… y sin darme cuenta me alejo de David pero no puedo dejar de correr. Y así hasta el km 91, donde paro en un avituallamiento para reunirme con David. Pasamos por una pequeña población donde la gente nos aclama confundiéndonos con los marchadores y los ciclistas también animan continuamente. Llevo en el mono el nombre del club así que continuamente recibo ánimos granaínos. En uno de ellos me quedo estupefacto cuando un ciclista me pregunta: ¿Eres de las verdes? Soy Alex… (Alehandro?), …se esfumó.

Llegamos de nuevo al cuartel, la parte final se ha hecho muy larga y empieza a anochecer (han sido casi 3 km más de lo previsto y a estas alturas cada km se hace eterno). Una Coca-cola y recogemos bici y casco. Lejos de ser un trámite los últimos km de la carrera son de los más duros. Nos encontramos en la parte de abajo del Tajo y hay que ascender irremediablemente para llegar a meta. Para colmo la bicicleta de David hace un ruido metálico escandaloso que además de frenarle provoca las bromas de todos los que están animando en ese tramo final. La última cuesta la llaman la del “cachondeo”. Yo la intento subir en bici pero David, desesperado por ese ruido infernal decide subir a pie, así que como las fuerzas también estaban justitas y teníamos que entrar juntos en meta me apeo y subimos andando los dos. En la cuesta me adelantan uno o dos corredores que están terminando ya. Hablo con ellos y les expreso mi admiración, van tocados, tocadísimos pero son unos héroes. Llegamos a Ronda, se oye el rugir de la gente y la megafonía así que nos montamos de nuevo en sendas bicicletas y preparamos nuestra llegada. La calle está vallada y la gente se agolpa para ver llegar a los valientes. Llegamos con un tiempo muy discreto pero nos aplauden como si hubiésemos ganado (Gracias Ronda). Terminamos, nos damos un abrazo y sonreímos. El comentario fue obvio: “ESTO ES DURO, EH!, NO ME QUIERO IMAGINAR LO QUE TIENE QUE SER CORRIENDO”. Hay que repetir.



22 comentarios:

Onio dijo...

Desde hace mucho tiempo le tengo unas ganas tremendas a esta carrera y desde luego tu narración hace que ahora mas que nunca tenga en mente que del año que viene no pasa.
Este menda el año que viene estará en Ronda para vivir esas sensaciones que de forma tan magistral has narrado.
Mi mas sincera enhorabuena Victor, ya eres un "cientounero".

Mario dijo...

HAY MADERA, NO HAY DUDA esa primera rampa en el km 35 y decir que ME GUSTA LA BICICLETA, lo dice todo. Laverdad es que la organizacion de los 101 deja muy lejos, al menos pienso yo hasta a un MAPOMA.
Enhorabuena Victor.

Anónimo dijo...

Si era yo!!!, jajajaja, que alegría me dio verte. Perdona que no me parara pero si me llego a parar, no arranco ya ni intentándolo.
Puedo asegurar que Victor es un crack. Me dio la impresión y así puedo corroborar que iba muy bien y muy fuerte.
Al final acabe en 10 horas (incluida 1 hora de arreglo de la bici en el km. 28). Muuuuucha tranquilidad, pero acabe y me colgaron mi medalla y me dieron mi sudadera!!.
Enhorabuena Victor porque es una prueba que satisface mucho hacerla ya que la dureza en varios tramos es increible.
El año que viene, que creo que será para Octubre, la quiero hacer andando, así que si las verdes tenéis proyecto... ¡¡ contad conmigo!!.
Saludos de Aleandro.

Javi dijo...

Menuda aventura! Me quedado sin palabras, trato de imaginar lo que magistralmente narras... Me atrae, me asusta, me abruma. Me has transmitido la euforia que sentiste cuando te dio el subidón... Dios, no sé qué pensar. Desde luego, me he quedado encaprichado, y me parece que es algo que alguna vez hay que hacer.

Enhorabuena, campeón. Ya eres cientounero, y eso no es moco de pavo.

Un abrazo

Manuel Díaz dijo...

¡Vaya tela¡
Uno de los simpatizantes de los halcones también hizo la prueba de Ronda el año pasado. Y nos relató sus hazañas. En esta ocasión hizo las 24 h. dando vueltas a la plaza de Torrejón y llegó a los 102 km.

DANIEL dijo...

Victor, David, sois la envidia del grupo mañanero y Cristian, nos quitamos el sombrero ante TI, pero tener claro que el 2010 sera la victoria por equipos para las Verdes, que lo tengais claro, ir mentalizando las piernas, la cabeza y el corazon que aqui hay muchas ganas y mas despues del espectacular relato de Victor, de su experiencia y de la finalizacion en la cientouno. Eso es ser CAMPEONES. Mi mas grande felicitacion a vosotros y a todos esos ilusionistas del sufrimiento.
Un Abrazo, el Jueves nos lo cuentas de viva voz.
Daniel.

Paco dijo...

Enhorabuena por la cronica y por hacer esa gran prueba. Tuve la ocasion de estar alli acompañando a mi amigo Alvaro, me parecio toda una hazaña verlo concluir y como lo hizo. Del primero al ultimo todos sois ganadores.

Victor dijo...

Mañana entrenamiento madrugador para quien quiera apuntarse. Hemos quedado a las 6:15 en casa de Antonio (Parque Lagos) y después iremos incorporando en el carril bici a los integrantes de Granada Centro-Norte.

Onio, eres valiente, se que el año que viene estarás en Ronda, en la que vaticino que habrá una buena representación del grupo.

Mario, me queda mucho que aprender en la bici pero disfruto cada día. Ya saldremos que me enseñes esas rutas granadinas.

Aleandro, me imaginé que eras tú pero pasaste como el rayo, no te reconocí. Enhorabuena por tu carrera.

Javi, es una carrera dura pero hay que probarla. Yo quiero hacerl alguna vez corriendo pero no sé si el año que viene, tengo ganas de repetir en duatlon.

Manuel, eso de Torrejón no lo había oído, ¿24 horas? ¿es un test de Cooper de ultrafondistas?

Daniel, sinceramente creo que esta carrera te va muy bien a ti, apostaría a que llegarías entre los 10 primeros de la general.

Paco, tú que andas metido en triatlon te animo a que el año que viene la hagas en duatlon, es una prueba que merece mucho la pena.

Abel dijo...

Victor, fabulosa narración, que me ha hecho sentirme como un integrante más de la gran hazaña que en Ronda llevásteis a cabo un buen puñado de valientes.
Espero que pronto coincidamos por los caminos.
Saludos!!

José Antonio Flores Vera dijo...

Épico, Victor, épico. Mientras leía tu apasionante narración me decía que hay que hacer esto algún día. En grupo tiene que ser alucinante, ¡ eres la leche !..

Javi Ruiz dijo...

Victor he flipado con la crónica de tu carrera. Cada frase que iba leyendo más me apetecía haber corrido contigo esa carreara. Sin duda parece espectacular.

Compañeros hay que probarla, máxime después de tener a un experimentado en nuestro grupo.

Mi más sincera enhorabuena Víctor. Estás hecho un mostruo. Habrá que intentar seguirte.

SALUDOS

Grupo deportivo "Las Verdes" dijo...

Para aquellos de vosotros que sois algo observadores, habréis caído en la cuenta de que en los últimos días el contador de visitas se ha disparado, alcanzando la cifra de 22.000 visitas.
Esto se explica porque si introducís en Google el término "101 Ronda. XIIIª Edición", nuestro blog aparece en 4ª posición de búsqueda.
Queremos agradecer a Victor su crónica, tanto por la calidad de la misma, como por la difusión de nuestro Grupo Deportivo Las Verdes.
Saludos!!

Jesús lens dijo...

Qué sabio el Google, seleccionando el relato que ha hecho Víctor de sus 101 Kms.

Varias veces esta semana he querido leer este Post, pero lo veía largo y no quería leerlo con prisas. Tío, he disfrutado cada palabra. Cómo me ha gustado ese cambio que haces entre ser espectador y ser protagonista.

Siempre me ha atraido esta prueba, desde que mi hermano me la contara, cuando la hizo en bici, pero me da terror. Ahora, después de leerte, sé que alguna vez la haré.

Enhorabuena, por la carrera y por cómo la has contado.

En dos palabras: Sen-sacional!!

Grupo deportivo "Las Verdes" dijo...

La crónica de Victor encabeza la búsqueda en Google con la entrada "101 Ronda. XIIIª Edición"
¡¡Enhorabuena por la hazaña!!

Antonio dijo...

Victor me ha encantado tu crónica. Transmites las sensaciones muy bien.
Una cosa me ha quedado aún más clara, he de hacerla, a pie y si puedo con algunos de vosotros. Ojalá todos.

Un abrazo

Javi dijo...

Para quitarse el sombrero con Paqui Villegas, del ClUB Chino Chano EL Ejido, conocida mía. Primera mujer y 17 en absoluta. Una barbaridad!!!

Antonio dijo...

Mañana el grupo mañanera ha quedado a las 6 en parque lagos y a las 6:10 en Correos, para subir al Llano de la perdiz. Hay que entrenar la Ragua.

Onio dijo...

Ocho han sido los valientes que han cruzado las calles de Granada antes de que el sol despuntara por las cumbres de Sierra Nevada. Y ni borrachos nos hemos encontrado hoy.
Un saludo.

Antonio dijo...

Lo mio es para matarme. Como ya sabeis algunos, despues de la carrera mañanera aprovecho para tomar un café donde José (Oliver). El caso es que estaba allí y mientras me ponía el café me contaba que había hecho un curso de tirar cerveza, así que hemos estado un rato hablando de las cervezas, que si probamos tal, que si la vol-dam, que si la Alhambra, mira como la tiro, hay que sacarle una espuma espesa como esta. A esas alturas, como os podeis imaginar, despues de 18 Km y no habiendome hidratado bien, mi cuerpo y mi mrente veía la copa de cerveza que José estaba tirando para mostrarme el estilo addquirido como el santo grial. Cuando terminó de servirla, yo ya no podía más, así que aprovechando que se dió la vuelta para ponerme el café, me levanté me fui hacia el copón de cerveza y sin pensarmelo dos veces le pegué un sorbo que me supo a gloria bendita. Sólo la certeza de que me espera un día muy largo me hizo parar, pero que trabajito me costó y que buena estaba la puñetera.

¿qué pensais? pido cita en alcoholicos anónimos o es comprensible mi reacción.

Mario dijo...

ASI QUE APRIETE UN POCO EL CALOR UNA CERVEZA DESPUES DE LA MADRUGA ¿PORQUE NO? Y UN BOCADILLO TORTILLA

Onio dijo...

Hombre Antonio, tu reacción es la mas normal del mundo si pasamos por alto que hemos terminado de correr sobre las 7.30 de la mañana y que supongo que ese cafe no era muy posterior a la hora mencionada.

Javi dijo...

Pues Antonio, tío, qué quieres que te diga... Con el entreno hecho, primavera tirando para verano, sentado en una barra. ¡qué más da café o cerveza! Desde luego, como dice Mario, incluso acompañada con bocata de tortilla o de jamón con tomate, bien fresquita y hala, como un cañón a empezar el día.
Ayer retomé series: 5 miles entre 3.48 y 3.30. En la cuarta casi me muero.
Hoy rodaje "alegre y feliz" y el jueves, cuestas. Mañana descanso, que la Champions hay que vivirla.