jueves, 30 de octubre de 2008

SUEÑOS ROTOS


DANIEL JIMÉNEZ SÁNCHEZ

Más de un año de preparación, cientos de kilómetros, muchas competiciones y lo más importante, TODO EL SUEÑO DE UN DEPORTISTA, verse un uno de los eventos deportivos más grandes del mundo “LA MARATON DE NUEVA YORK”. Qué derecho les dan a ellos a romper esos sueños, ¿solo por el decir que no?, sin motivos justificados, sin sentido alguno, sólo eran unos días y los tenía pendientes, sólo era poner un poco de voluntad y no la hubo, y, ahora, después de todo esto me quedo con todas las ganas de hacer una prueba que siempre la he tenido en mente, desde la primera carrera de fondo que participas y la ilusión, la inscripción pagada, el dorsal asignado y vuelvo a lo mismo, SUEÑOS ROTOS.



No os podéis hacer una idea de la sensación tan amarga que se tiene dentro, pero eso sí, tengo la alegría que mis dos amigos, con los que programamos el viaje, parten mañana mismo hacia esa gran ciudad de los rascacielos. Ellos me podrán contar lo que me he perdido, pero sé que en un solo instante, que en un solo momento yo estaré en sus cabezas corriendo a su lado, sufriendo con ellos, marcando el paso, como lo han estado marcando hasta hoy mismo, todos los entrenamientos que hemos compartido, todas esas tiradas infernales de más de 40 km, esas series de 10’ por encima de nuestro umbral durante tantos kilómetros y esas series que afortunadamente me he perdido y que ellos han estado realizando como una doctrina, como una religión, sin saltarse ninguna parte del preámbulo marcado por el preparador.

A ellos les deseo un buen viaje y una feliz aventura, y que la competición se les de fenomenal. Se que lo van a conseguir y que están para hacer un tiempo record, que yo les estimo estará en 2h45m. Seguro que bajan de 3h, tienen fondo, fuerza y lo más importante, ILUSION.

SUEÑOS ROTOS, SUEÑOS ROTOS, ILUSIONES PISADAS, espero algún día poder contaros mi experiencia en esta carrera, es más, espero que uno de vosotros narre nuestra experiencia en esta carrera, sería un honor ir de verde por CENTRAL PARK.




martes, 28 de octubre de 2008

TIEMPO DE PARAR, TIEMPO DE ASIMILAR

Miro la cara de la foto de mi entrada en meta en la media maratón de Granada y compruebo lo que venía sintiendo desde hace ya un tiempo: estoy cansado de una temporada exigente y me falta frescura. En los últimos entrenamientos de calidad no puedo seguir el ritmo que marca Antonio y por segundos se me hace un mundo ver que se acerca la marca de inicio de la serie. Las piernas no recuperan totalmente de un entrenamiento a otro pero sobre todo el cansancio que más pesa es el mental, que se traduce en falta de confianza en competición y falta de ambición.



Y es que la temporada ha sido larga y exigente como comentaba. El único objetivo que me marqué cuando planteé el año era terminar un maratón. Me ilusioné con el reto, llevaba dos años corriendo y 8 medias maratones encima, así que pensé que era un buen momento para afrontar la mítica distancia. Encontré un plan de entrenamiento y lo ajusté al calendario para hacer MAPOMA 08. Poco más adelante conocí a un puñado de corredores algo locos que estaban empezando a quedar para hacer tiradas largas los fines de semana. Me uní a ellos en la segunda o tercera tirada que organizaron y empecé a madurar a pasos agigantados como corredor. En muy poco tiempo y sin darme cuenta ya había hecho mi mejor 10.000 (Armilla), mi mejor Media Maratón (Málaga) y me encontraba con todas las fuerzas e ilusión para afrontar ese gran reto del maratón.


La experiencia del maratón fue sin duda muy satisfactoria. Las sensaciones y vivencias de esta carrera fueron tan intensas que colmaron con creces las expectativas creadas. Me sentí muy orgulloso de haberlo conseguido, en definitiva había sido un sueño incluso desde antes de haber empezado a correr.


Pero la temporada, lejos de terminar ahí, dio un giro inesperado. Ya en el viaje de vuelta de Madrid, recién terminado el maratón, Antonio lanzó la posibilidad de acometer ese gran reto de ultrafondo, la subida al Veleta, 50 kms en los que se supera un desnivel de casi 3000 mts. Daniel se mostró encantado y enseguida apoyó la idea. Javi y yo nos vimos un poco arrastrados por ese entusiasmo de Antonio y Daniel, que rápidamente nos contagiaron. Empezó así un plan entrenamiento duro de unos 3 meses en los que las tiradas largas y las cuestas se convirtieron en nuestra rutina de entrenamiento. Como preparación corrimos también la media maratón de la subida al puerto de la Ragua y alguna que otra competición más en subida, como la carrera de Órgiva-Lanjarón o la subida a la fuente del Hervidero.


El objetivo se cumplió, llegamos todos a la cumbre del Veleta. Daniel y Antonio en unos tiempos muy competitivos, pero todos muy satisfechos de terminar.


Sin embargo desde esa prueba noto que entreno con muchos altibajos. Me sigue ilusionando mucho competir en pruebas como la MM de Granada y quiero seguir el ritmo de los grandes como Antonio, Javi y Daniel, o mis vecinos Blas y Carlos. Pero me veo en esa foto la falta de frescura y me digo: date un descanso. Han sido 6 medias maratones, Mapoma, subida al Veleta, varias carreras del circuito de la Diputación (Armilla, Albolote, Loja, Lanjarón y las medias de Motril y Guadix), y esa subida a la fuente del Hervidero.


Por eso he decidido parar 2 ó 3 semanas. Correré solo rodajes cortos y suaves y si el cuerpo lo pide. Voy a centrarme en comer bien, descansar mucho y asimilar bien todo lo conseguido este año. Me gustaría correr la MM de Córdoba, los 2 años anteriores la hice y conseguí batir mi marca en esta distancia las 2 veces. Pero no me voy a obsesionar, sólo si recupero esa frescura correré, si no iré poco a poco para llegar con buena forma a ese gran reto verde del año que viene, el Maratón de Sevilla…



domingo, 26 de octubre de 2008

RUTA PANTANO CUBILLAS- PINOS PUENTE – VUELTA (18 KMS. APROX.) 25/10/2008

Seis Verdes seis nos metimos entre pecho y espalda dieciocho kilómetros. Pero hubo prudencia en el ritmo, algo que quien esto suscribe agradece toda vez que aún adolece de falta de kilómetros.
El circuito elegido no ha sido de los fáciles. De hecho, cada pocos kilómetros había que subir alguna dificultad, no excesivamente largas pero sí intensas algunas de ellas, y claro, es algo que van memorizando las piernas. Lógicamente había estados de forma para todos los gusto, pero los seis veníamos de correr la Media Maratón de Granada seis días antes.
La ruta que va desde el Pantano de Cubillas hasta Pinos Puente, atravesando los paisajes naturales que circundan a la Sierra de Caparacena, vecina de los macizos de Sierra Elvira, decía, la ruta citada, no es fácil. Puede catalogarse como una ruta rompepiernas en la que la planicie total casi brilla por su ausencia. Como decía, no existen dificultades largas pero incluso en terreno aparentemente llano a veces es duro trotar. No obstante, merece la pena este recorrido, tanto para adquirir o conservar la forma física como para contemplar una vasta extensión de naturaleza y tranquilidad, destacando en la mayoría de los tramos una generosa presencia de olivar.
Los protagonistas: Antonio, Javi, Mario, Abel, Onio y quien esto suscribe. Hubo algunas ausencias anunciadas, casos de Jesús, Aleandro, Víctor y Manolo. Pero sí tuvimos el privilegio que nos acompañara Paco, el Compae, que nuevamente y con gran generosidad - a pesar de que debía estar pronto en el campo de fútbol de Pinos Puente para jugar con la Peña Bodegón- nos ha acompañado a bordo de su original motocicleta gran parte del trayecto y ha llevado a cabo un cuidado y trabajado reportaje fotográfico que mostramos a continuación de esta entrada.
Insistí mucho a mis compañeros de ruta –perdonad si demasiado- que el grupo fuera compacto, que no hubiera tirones cuando aún faltaban bastantes kilómetros. El ritmo, como decía, era tranquilo, a razón de 5 minutos el mil aproximádamente, pero en las Verdes existe una clara predisposición a la catarsis, y al menor descuido ya hay alguien forzando la máquina en la zona de delante. No obstante, las guerras llegan siempre en el último kilómetro. Y llegaron.
Se podría estructurar el entrenamiento en dos partes muy diferenciadas, en mi opinión. Una ida, exenta de aire y con una temperatura muy agradable, casi calurosa y la vuelta, en la que en algunos tramos hubimos de luchar contra el fuerte viento, y ese detalle siempre merma algo las fuerzas. Se trata de una zona no excesivamente abrigada y algo más alta que el terreno de Vega, de ahí que sea frecuente encontrar fuerte viento, y además en invierno mucho frío. No obstante, no hay que perderse correr por esa ruta con lluvia, en ese caso se convierte en un deleite, sobre todo a quienes nos gusta correr en esas condiciones climatológicas, de lo que dimos fe el pasado miércoles, Abel, Manolo Pedreira y servidor.
Como vil cobarde, sabedor de mi baja condición física, no me sumé a ninguna guerra, porque cuando no se está fino mejor no jugar a los dados. Acumular kilómetros ya era más que suficiente.
¿ Y qué decir del grupo de Las Verdes ? Sobrado lo veo. Con un Mario que en muchos tramos a rebufo nos sorprendía después con un sprint en las rampas más duras, - ¿ se estaba conservando mi paisano ?- y un Onio que ya va adaptándose a las distancias más largas. Por su parte Abel, sigue avanzando en su puesta en forma y Javi y Antonio han hecho la ruta sin dificultad, si bien no hemos visto al Antonio más activo en su terreno predilecto: las subidas, ya que como él mismo decía seguía machacándose tras la media y se percibía algo cansado. Utiliza bien la cabeza el malagueño, indicándome en la llegada, incluso, que bajara el ritmo para relajar, algo que agradecí sinceramente.
Una ruta, en definitiva, que ofrece al corredor muy buen sabor de boca y la sensación de haber corrido en serio. En suma, este tipo de rutas son para disfrutarlas, para entrenar, claro que sí, pero también para aprovechar la bonanza del ritmo y charlar, disfrutar de la compañía, del paisaje, y de las casi seguras Verdes que luego nos obsequiamos en un pueblecito muy cercano al Pantano, El Chaparral, lugar que será protagonista de una esperada reunión navideña en el seno del grupo.


José Antonio












GRACIAS A PACO POR ESTE ESPLÉNDIDO REPORTAJE FOTOGRÁFICO


EN LOS PRÓXIMOS DÍAS CONTAREMOS CON ARTÍCULOS DE VÍCTOR Y JESÚS LENS.

viernes, 24 de octubre de 2008

TEORÍA CONSTRUCTIVISTA DEL CORRER (Desvaríos producidos por una ½ Maratón)

Cuando hace ya algunos años me arrastraba por los caminos de siempre durante los 60 minutos de rigor y a la hora acostumbrada, defendía a capa y espada mi pasión: correr. Desafiaba al mundo: “Dejadme en paz, dejadme correr ” –les espetaba a todos. Me irritaban los contratiempos, cualesquiera que fuesen: una llamada inoportuna, un asunto oneroso inesperado, incluso una invitación. Nada estaba por encima de salir a trotar.

¿Sales a correr . . .

El pasado domingo un grupo de amigos corrimos la XXVI Media Maratón de Granada. Muchas, infinitas cosas podría decir de las sensaciones acontecidas antes, durante y después de la prueba. Sin embargo me quedé impregnado de cierta sensación agridulce, algo nostálgica y descorazonadora, lo cual era incongruente, ya que como todos sabéis no es ésa precisamente la función de nuestras amadas endorfinas, máxime cuando has logrado cierta “marca”. Aquéllos primeros años me vinieron a la mente. Conclusión: casi sentí haberlos desperdiciado inútilmente.

Me acordé de las llamadas que no atendí y las visitas de las que, literalmente, me escondí, porque tocaba “entrenar”. Comprendí nítidamente que no me gustaba correr, que durante aquella época fui un vulgar esclavo de una poderosa obsesión. Corría de forma destructiva: el perfume y color de los caminos no existía; la cadencia de mis pasos era tan tediosa que casi podía dormirme. Mi alma no se ensanchaba y pasados unos míseros minutos de calma post-ejercicio físico –como dictan los manuales- todo volvía a su terrible orden. Al día siguiente todo volvería a ser asquerosamente igual. ¿Acaso me escondía del mundo?

Cuando hace unos días Jesús Lens escribía magistralmente sobre el escapismo de correr, me reafirmé en que ésa era la función más importante del corredor: huir, escapar, pero como nuestro amigo remarcaba, para luego volver de forma constructiva y ponerlo todo en orden, para que la vida, el mundo y los caminos tengan color, perfume y sentido.

¿Pero por qué antes era insensible a todo esta hemorragia de sensaciones que siento cuando corro? Miles de excusas he inventado, a las causas más descabelladas he atribuido mi desidia, pero el pasado domingo , finalmente, lo descubrí. Primero, lo intuí, en medio de la vorágine de impresiones tras la carrera, entre bolsas de corredor y cientos de rostros sudorosos y sonrientes, inyectados del letal veneno; después, gracias al revelador comentario de Antonio, lo comprendí: “Hace un año, tras acabar las carreras, 5 minutillos charlando con quien sea y a casa, no podías compartir con nadie tus reflexiones de la carrera”. De bruces y rotundamente me percato de que durante más de 10 años corriendo sólo me ha acompañado mi triste sombra. Durante cientos de miles de horas he corrido sin pretensiones, sin ambición, sin ilusión, pero sobre todo, sin un apoyo tangible, sin compañía. La verdad ofende, pero te hace espabilar.

Entre octubre de 2007 (fecha de mi debut en carrera) y octubre del presente año (última media de Granada) el punto de inflexión de mi yo corredor ha surgido. 12 meses que me han marcado el camino, que me muestran la luz. Y no me refiero a restar minutos al cronómetro ni a otras mejoras visiblemente palpables. La inflexión consiste en tener un grupo: tengo un sentido de pertenencia, tengo un previo, ¡tengo referencias en carrera! , y un jugoso tercer tiempo. Ah, y aunque mi cara y mis piernas se me empeñen en recordarme las consecuencias de la carrera, tengo ganas de volver a correr. Porque pensé descansar, que había descubierto mis límites, que no valía la pena tanto entrenamiento… Pero hoy vuelvo a tener ganas de mejorar, de seguir intentándolo y sobre todo de seguir congregándome con mi grupo antes, durante y después.
Porque hay que correr de forma CONSTRUCTIVA, porque el pasado domingo mi grupo al completo estuvo exultante y batallador y porque hoy todo tiene un cierto toque de verde…

. . . O eres corredor?





Javi (exultante)



¡QUEDADA, QUEDADA!


Amigos verdes o futuros mutantes: Aprovecho esta entrada para haceros partícipes de la tirada que planeamos hacer mañana sábado. La hora será las 17:30 y el lugar, el Restaurante Romero, sí, vamos, ése que todos conocéis ya, al lado del Pantano Cubillas. No quedaremos para comer (que no sería mala idea, por otro lado), sino para hacer una ruta de unos 18 kms aproximadamente, partiendo de dicho restaurante en dirección Pinos Puente, pasando por Caparacena y posteriormente, vuelta. La intención manifestada por todos es de hacerla a un ritmo suave y llevadero, sin más pretensión que hacer unos kilómetros en animada compañía y disfrutando del entorno.

Temerosos e inseguros, no tenéis excusa. Animaos y recordad, la familia verde está abierta a nuevos ingresos.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Media Maratón de Granada 2008: "Cronica de Alejandro Corpas"

Me despierto, ¿que hora es?, las 3:45 de la mañana y mi novia me dice que si ya me voy... ¿Pero a donde voy a ir?... las 5:00 am otra vez despierto y deseando que llegue la hora de levantarse.
Pipipipipipi... las 7:50 de la mañana, doy un salto del sobre y a mis menesteres deportivos, ya sabéis, desayuno, evacuación y ponerme la equipación que mi hermana me regaló por mi cumpleaños.
Llego a las 9:30 voy a ver el ambiente y ya hay gente corriendo por todas las calles aledañas, esto tiene muy buena pinta. Vuelvo a mi coche, me quito el chándal y empiezo a calentar, corriendo tranquilo, haciendo alguna serie progresiva y estiramientos. En este momento me cruzo con el grupo de Las Verdes. Saludo a José Antonio y hacemos una presentación más formal. Hablamos un poquito y me comenta su lesión, intento darle ánimos, como todos, ¿verdad?, porque cada uno de los que corremos sabemos, que cada uno, con su objetivo particular hace un esfuerzo con el simple hecho de correrla. Por eso todos, hasta esos atletas que han llegado fuera de tiempo me merecen más admiración que los primeros.
Me despisto y veo a la gente colocada para salir, me posicione en los 1h.45m, soy realista y no quiero recibir más codazos de los necesarios.
No sé a dónde mirar, porque como siempre y hasta ahora soy un corredor solitario. De repente empieza la carrera. Todo empieza despacio, saludo a alguno/a persona que conozco y hablamos de expectativas. ¡¡ Que frikis somos !!, jajajaja.
Cuando todo empieza a despejarse a la altura del Palacio de Deportes empiezo a adelantar a la gente que va más despacio y me cruzo a los primeros que dan envidia verlos correr, que galgos, que agilidad, que facilidad para dar zancadas como si nada. Yo a lo mío, a buscar mi hueco entre los de mi tiempo, a buscar alguna referencia hasta alcanzarla y adelantarla.
Que largo se me hace el tramo del Zaidin, no lo conozco y no sé muy bien por donde voy ni cuando me queda. Al fin veo el ambulatorio del Zaidin y a lo lejos un compañero de Juncaril y de la MM de Motril, lo alcanzo no sin esfuerzo y nos saludamos, mientras me recupero del sprint. Va resfriado y fastidiadillo ya que sus objetivos los tenía lejos. Va como puede, así que a la altura de Urende le digo que voy para adelante porque me estaba notando forzado. Pasamos por Arabial, adelanto, me adelantan pero me noto bien.
Km. 11, dentro del tiempo que considero que debo hacer en ese momento. Yo no llevo tiempos de paso por Km. apuntados Mi política es, así me veo, así hago. Llevaba unos 55 minutos creo recordar.
Conozco bien la zona por donde vamos y estoy loquito por llegar a mi barrio y ver a mis padres dándome ánimos. C/Luis Miranda Dávalos, ¿donde están?, no los veo!!, pero esto que es!! , se han olvidado de mí. No puede ser, voy a seguir mi carrera y ya les echare la bronca de su vida.
Física y mentalmente, voy genial, voy bien, pasamos por el Cuartel Cervantes donde la AALOG 22, hace el avituallamiento. Aprovechando el terreno favorable, aprieto. Llegamos a Gran Vía y ahí el cuádriceps me recuerda que algo no va bien, siento una sensación de rotura. Me enfado un poco. Qué más da, aflojo y me tiento un poco y en eso... oh!!! sorpresa!!, escucho una voz familiar, ole!! y ole!! mi madre me ánima y mi padre me hace una foto. ¡¡ Que subidón !!, que importante es una voz familiar diciéndote: ¡¡ Campeón !! y más si son tus padres. Eso de da más fuerza que la EPO. Este momento coincide con mi mejora de zancada, de ritmo y respiración. Olvido el cuádriceps. Así luego me dijo mi padre que iba muy bien y con buena pinta, sin casi sudar, jejeje, el amor de padre es genial. Gracias a los dos que como se auto homenajearon con un buen desayuno en la Olimpia. Soy un héroe para ellos y ellos para mi más que unos héroes, unos Dioses, unos ángeles de la guarda.
Paso volando por la Carrera de la Virgen y oteando el horizonte veo a Luis, con quién compartí también algunos Km, por Motril, lo saludo y me dice que tire, así hago.
Con mi felicidad llegamos a la última cuesta. Me siento fuerte, aunque temo que este estado de euforia me pase factura ya que nos vamos acercando a la cuesta final en la que algunos se paran, aunque el resto de atletas le animan a seguir. La paso sin problemas, las cuestas se me dan bien.
Siento cerca la meta, intento coger a Carmen, mi antigua monitora del gim, pero no puedo. Aquí la gente aprieta porque me adelantan y eso que yo voy rápido. Ellos más. Entro en el estadio y por fin meta!!! , 1 h. 47 m. 46 sg.. Diez minutos menos que en mi primera Media, que fue la de Motril de este año. Objetivo cumplido: Acabar dignamente!! y 10 minutos antes que Motril.
Estoy contento, pero en ese momento me dan un empujón. Un corredor que venía con el último aliento, jajaja, me pide perdón. Tranquí compañero!!jajajja, venimos todos igual.
Estiro en las vallas, poco a poco la alegría, la adrenalina de acabar, de hacerlo bien y hacerlo fuerte algo que hace un año y medio ni me imaginaba, ocupa todo mi cuerpo y mi mente. Nada más que por esta sensación, haré todas las carreras, sobretodo Medias Maratones que mi cuerpo y mis rodillas me permitan.
Antes de irme cumplo mi último objetivo, ver qué tal le ha ido a José Antonio. De nuevo sorpresa, ya que esta junto a Gregorio. La suerte está de mi parte, conocer dos máquinas atléticas y de la red... uff !!, esto no se da todos los días. Comentamos nuestras sensaciones. José Antonio, se queja de sus +6 minutos respecto al año anterior, pero otra carrera más para tus piernas. Lo importante es estar en la meta de salida todos los años. Gregorio, que pinta de atleta!!, increíble.

Termino mi Media Maratón con una vuelta final al estadio respirando el ambientazo existente.
De vuelta a mi coche, 2 horas y cuarenta minutos después de darse la salida, me cruzó con el último corredor que trae detrás una cola de vehículos considerable, pero a pesar de ello le digo: !! Olé hay tus h...s". Alguien debe ser el último, alguien debe llevarse ese merito. Y lo sé porque he tenido el honor varias veces de ser el último, pero último, último, último, así que ya conocéis a uno.
Así que hoy Lunes, a estas horas, cuidando de mi chica que está enferma, habiendo hecho la cena y fregado, fumando mi cigarrito del día (si, lo siento, pero así es). Otra aventura realizada, otro objetivo más cumplido, otro esfuerzo con recompensa.... Que subidón da esto.
¡¡ Me encantan las Medias Maratones!!, espero hacer miles.

Aleandro.

lunes, 20 de octubre de 2008

NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE

Crónica de la Media Maratón de Granada de Daniel Jiménez (Pantani)

Granada 19 Octubre 2008, 10.00H, se oye un disparo y con los nervios de la primera vez, bajas la cabeza, te presignas y pones un pulsómetro en marcha con un sólo objetivo, BAJAR TU TIEMPO ANTERIOR, os suena ¿verdad? Todos partimos con la misma consigna en la cabeza, batir nuestra propia marca y con esa misma he partido yo esta mañana, pero, a pesar de hacer una salida bastante buena y a un ritmo demasiado vivo para mí, 3,30 el mil, los problemas de esa salida han ido aflorando Km. tras Km., y ya, en el Km. 3 he empezado a sentir una sensación extraña, de esas veces que se te empieza a estremecer el cuerpo, sientes escalofríos y notas como el vello de todo tu cuerpo se pone firme sin dar sentido a ese sentimiento. Al mismo tiempo el estomago no estaba del todo lo ajustado a la situación y las sensaciones de tener toda la cena y el desayuno pidiendo pista para despegue, era aterradora para mí.

No puedo pensar en parar en estos menesteres, tengo la obligación de seguir y los metros, los Km. pasan, y me encuentro en el Km. 6, veo mi objetivo ir alejándose de mí, tenía pensado bajar a 1h 20m, pero me parece que lo tengo muy lejos aún, y mi amigo José Palma que era mi gran referencia y por supuesto inalcanzable, está en otra órbita el tío, y un satélite sin tantos años luz de experiencia como él, no podía seguir su estela.


Pero los Km. siguen pasando y no penséis que esto se estaba parando, no dejaba de marcas los miles siempre por debajo de 3,55 y aun así, veía que no me salían las cuentas, por que, quién no está pasando el Km. y haciendo el cálculo de (km/tiempo=a objetivo), siempre claro con el consentimiento de nuestro cuerpo. Ya sólo tenía en la cabeza el tramo de subida, ya que, como todos sabemos aquí, se tenía que acusar el esfuerzo anterior y el caso es que no ha sido así, lo peor que he llegado a ver de tiempo en mi crono ha sido 4,14, por lo que me he ido animando y he vuelto a estar en los tiempos del primer tramo. Pero en el 16 he sentido un dolor acentuado en la parte posterior de mi pierna izquierda, ese mismo dolor que en la Media de 2006 me dejó un hematoma en toda la zona, y me llevó a meta sobre la hora y cuarenta y cuatro,(que lejos están esos tiempos) así que he intentado mantener el ritmo para llegar sobre un tiempo dentro de lo previsto, y, en el 18, he vuelto a tensar porque veía que aún podía, y así ha sido, sólo unos segundos, pero he batido mi tiempo de Baza, que era mi mejor marca en media.

A todo esto, sabía que todos mis grandes amigos y compañeros de entrenamientos y salidas, estaban detrás de mí. Yo sentía su presencia, son unos maquinas todos, sabía que estabais ahí, pero seguía en la cabezonería de bajar el tiempo, pero mi cuerpo me decía “BASTA” pero como vosotros, yo no le hacía caso. Al final 1h 23m 20s en mi crono, 27s según el sms de la organización.

Ahora las verdades, he cruzado la meta y no me he sentido muy satisfecho en un principio. Me he situado en la cola de la campaña de masajistas, y al ver que no había muchos corredores, he optado porque me vieran mi pierna izquierda, ya que he arrastrado con ese malestar en los últimos 5 Km. Estando en la camilla he ido razonando……, Daniel, solo corres por vivir mejor, más saludable y mantenerte bien, vivo y con ilusiones de superar retos continuos. Tú no corres “PARA VIVIR DE ESTO”, que es muy distinto. Así, han ido pasando los minutos y os he ido viendo a todos y cada vez me he sentido mejor, más satisfecho y contento de tener una historia y vivencia nueva que contar.

Tampoco voy a dejar pasar por alto el hacer mención a mi primera experiencia del tercer tiempo de LAS VERDES, ha sido genial y cuando uno está a gusto, pues se nota y cuando uno está con buena gente, pues se nota, GRACIAS A TODOS POR VUESTRA ACOGIDA, HA SIDO ACOJ…TE.


Un saludo del que está ya mas lejos de estar en adopción de vuestro grupo y más cerca de formar parte de la familia.
Daniel.

CRÓNICA DEL IDEAL (Antonio)


sábado, 18 de octubre de 2008

¡¡ HEMOS LLEGADO A LAS 1.000 VISITAS !!




Enhorabuena a todos los integrantes de "Las Verdes" y amigos que nos rodeais, pues en unos días que lleva este blog abierto, acabamos de recibir la visita número 1000.

Gracias a todos los que habéis hecho posible esta proeza, y seguro que en agradecimiento, en unas horas surcaremos las calles granadinas, con vuestros ánimos en nuestros corazones y nuestras piernas.

¡¡ MIL GRACIAS A TODOS !!

jueves, 16 de octubre de 2008

LAS VERDES Y MI "ANNO HORRIBILIS"








Todo parece indicar que el sentimiento Verde está más animado que nunca de cara a la Media Maratón del domingo, algo que se corrobora definitivamente con la estupenda entrada de Jesús en su blog pateador. Veamos.
Los hay que no han parado: tiradas largas, progresivos, series y, es posible, que hasta técnica de carrera; otros van a más cada día y se les ve esa progresión -cuentan y ratifican la potencia de Jesús subiendo el otro día al Llano, creo-en cada carrera y en cada entrenamiento; y otros vamos a menos, sobre todo debido al "anno horribilis". Pero nada de eso importa porque todo el grupo sigue manteniendo la ilusión por seguir haciendo tiradas, por la Vega, por el Llano, por la Alhambra. Dará igual el lugar, lo importante es buscar ese espacio intimo e ínfimo que se ilumina cuando decide quedar para correr. Sólo las lesiones tienen la fuerza para eliminar esa magia.

Pero permitidme que haga una reflexión en voz alta. Me ocurrió el pasado miércoles. Me levanté con la incertidumbre de si sería capaz de hacer 11 kilómetros por el Pantano que esa tarde tenía previstos que, a la sazón, no serían otra cosa que el test definitivo de cara a la Media Maratón de Granada. Al salir de la cama, como siempre me dolía la zona del talón de Aquiles de la pierna izquierda, y como siempre, y percibía muy rígida la zona del sóleo derecho, el afectado últimamente. La mente se tornó retrospectiva y se preguntó si se trataban de las mismas piernas, del mismo corazón, de la misma mente que hacía un año y medio habían hecho el MAPOMA, sin dolor ni la agonía física -exceptuando la normal en este tipo e carreras- que ahora experimentaba. No daba crédito a que se tratara de la misma persona.
Y es ahí donde opera la voluntad de querer y de ser. Llegó la tarde y en la soledad del Pantano, por los casi ignotos caminos de Caparacena, conecté mi IPOD, donde atronaba el "Nostradamus" de Judas Priest y enfilé los sinuosos caminos, primero entre pinares para serpentear posteriormente a espacios más abiertos. No apreciaba dolor alguno y mi ritmo en ese momento estaba en torno a los 4,45 el mil. Me sentía feliz corriendo. Volvía a ser aquel que corrió en Madrid, pero pronto comenzaron las molestias. No eran molestias que te impidieran correr, sino todo un rosario de pequeños pinchazos y pequeños dolores. Pero ya nada me podía detener. Me dispuse a subir la preciosa cuesta entre pinares, que llamamos la del perro, porque éste siempre aparece más allá de una valla de alambre, sin pensar en dolor alguno. Es más, el dolor no importaba porque importaba el gozo. Estás bien José Antonio, me dije. Vas a correr la Media de Granada, aunque tengas que detenerte. Necesito hacerlo.

JOSE ANTONIO

NECESITO DORSAL MM DE GRANADA

Amigos disculpad que use el blg para esto, pero es que se me ha ido el santo al cielo y se me ha olvidado inscribirme en la media maratón de Granada. He intentado inscribirme esta mañana pero ya no había forma, imposible no me han dejado. A ver si alguien tuviese un dorsal extra de alguien que conozca que no pueda hacerla y pudiese pasrmelo. Muchas gracias y perdonad, pero ando un poco desesperado.

Antonio

martes, 14 de octubre de 2008

ELLAS

Ha llegado el momento de hablar de ellas, de nuestras más fieles compañeras en carrera, de nuestro objeto de deseo, envidia y anhelo. De ellas, en las que nos fijamos, adoramos y de las que pasamos horas hablando; de sus virtudes y de lo bien o mal que se ajustan a nuestras necesidades. De las que miramos con descaro cuando acompañan a otro corredor, a la vez que pensamos: la quiero para mí. Es el momento de hablar de ZAPATILLAS. Os voy a contar la historia de las zapatillas que he utilizado desde que dejé de ser un pisaparques para convertirme en corredor.

Las primeras zapatillas que utilicé fueron unas NIKE AIR MAX, eran negras, de piel y, tras haber servido como zapatilla de vestir durante mis años de universidad, fueron jubiladas de aquella tarea para pasar sus últimos tiempos devorando kilómetros. La verdad es que no sabría deciros qué tal eran para correr, haceros cargo de que en aquella época, fumador y fondón, más que correr arrastraba mi abandonado cuerpo por las calles del Albaicín. Sólo puedo decir dos cosas, la primera es que respondieron fielmente a lo que se le pedía, y, la segunda, es que la sudoración excesiva del pie y el dolor de rodillas de aquellos primeros meses desaparecieron cuando dejé de usarlas. Hace poco las tiré, con gran pena, pero es que después de correr las seguí usando para chapucillas.

Las siguientes fueron unas NIKE PEGASUS (48 Euros), de las que guardo unos recuerdos horrorosos, fueron las zapatillas de mi primera lesión: de cadera. Además, por si fuera poco, en poco tiempo las pinché quedándose totalmente deformadas, por lo que no han pasado los 300 KM. Aún me las pongo de vez en cuando por dos motivos: para sustituir a las air max en las chapucillas y para recordarme a mí mismo no volver a caer en la tentación de unas nike. Por decir algo bueno de ellas diré que tenían buen agarre.


De ahí pasé a unas MIZUNO MUSTANG 3 (92 Euros) y con ellas llegó el escándalo, aprendí lo que eran de verdad unas zapatillas de correr; ligeras, flexibles, con rebote y respuesta, además, una expresión que había escuchado con anterioridad cobró sentido: tener sensación de terreno bajo los pies. Con ellas hice mi primera carrera, un 7 mil que corrí en el “estratosférico” tiempo de 4:40 el mil. La verdad es que las doblé relativamente pronto por mi forma de pisar, pero si os soy sincero cada vez que veo unas mizuno me viene a la mente evocaciones del primer amor.

Alternado con éstas usé unas NEW BALANCE 1060 (72 Euros). Me dejaron impresionado desde el principio, no tenían nada en especial, pero a la vez lo tenían todo, sus principales características eran su estabilidad y su confort. Su amortiguación no era cómoda, no como la de otras marcas, pero era muy efectiva. Recuerdo bajadas en asfalto bastante rápido y como apenas notaba el impacto. Hay que decir que estéticamente no estaban muy logradas, pero en cambio son durísimas, las jubilé con más de mil KM, en perfecto estado de revista. Tienen un lugar de honor en mi armario de zapas.

Jubiladas las mizuno me compré unas NEW BALANCE 755 (49 Euros), no pude resistirme al precio y además había oído hablar mucho y bien de ellas. Como toda NB es buena zapatilla, pero no a la altura de las 1060. Sin poder sacarle ningún defecto, salvo quizás la comodidad, no son de mis preferidas. Son rápidas y con buena respuesta, quizás bajas de talón. Con todo, hice muy buenas carreras con ellas, como la subida al Conjuro, además de iniciarme en las series. Las tengo en Málaga y son las que uso cuando salgo por allí. A pesar de todo, cuando acabo de correr con ellas, me pregunto qué es lo que no me termina de convencer y, la verdad, no sé responder.

En reyes de 2007 adquirí unas ASICS CÚMULUS 8 (72 Euros), quizás me las compré un poco grandes. Estas zapatillas lo dieron todo de golpe, muy cómodas y flexibles, pero en pocos KM empezaron a perder sus características. Lo que mejor recuerdo de ellas eran el rebote y comodidad de la amortiguación, además de su flexibilidad y lo bien que recogían el pie. Con ellas hice mis dos primeras medias maratones, además de otras carreras. Murieron repentinamente, Al volver de Oxford las puse de nuevo en servicio pero en cuestión de semanas empezaron a dolerme las rodillas, para mí, un signo evidente de desgaste de zapatillas, quizás no me perdonaron la infidelidad británica.

Con la intención de comprarme unas zapatillas polivalentes para llevarme a Oxford, adquirí las NEW BALANCE 1061 (69 Euros). Con estas zapatillas se colmó mi medida. Son las mejores zapatillas de entreno que he tenido. Respecto a sus predecesoras mejoraban la estética, la comodidad en general y la de su amortiguación en particular. El día de su estreno ya pude comprobar que eran algo fuera de lo común, con ellas hice series, tiradas de mas de 25 KM, las metí por barro, asfalto, tierra, hielo y siempre respondieron perfectamente. Gracias a sus bondades creo que me hice definitivamente corredor, fueron las que hicieron la mayor parte del entreno del MAPOMA y con ellas hice un día una tirada de 25 KM con un grupo de amigos locos que conocí por Internet. Con más de mil KM, las limpié y las guardé al lado de su hermana mayor las 1060.



Estando en Oxford no pude resistirme a una oferta de Internet y me pillé las SAUCONY TRIUMPH 4 (72 Euros). Eran las zapatillas de las que más y mejor había oído hablar y existen buenos motivos para ello. Reúnen tres características importantes: aúna el rebote y las sensaciones de las mizuno, la comodidad de las asics y la estabilidad de las NB, que no es poco, y, además, tienen la mejor transición de pisada que he probado nunca, parece que pisar con el talón y salir impulsado con los metatarsos es algo automático. Por estas características las reservo para la competición donde me han dado las mejores alegrías, con ellas hice mi mejor tiempo en media maratón, terminé el MAPOMA y coroné la Ragua y el Veleta. Qué más se le pueden pedir. Por sacarle algún defecto diría que la configuración de la parte superior no las hace cómodas para andar ni para estar parado, pero en carrera se transforman fundiéndose con el pie, de hecho pese a las KM que les he hecho de una atacada, nunca me han causado la más mínima molestia.

Preparando el MAPOMA decidí comprarme unas ADIDAS SUPERNOVA CUSHION 6 (70 Euros) y aprovechar la oferta de inscripción al maratón. Siendo sincero había escuchado hablar muy mal de adidas y dejándome influir por estos comentarios nunca pensé en adquirir unas, así que las compré pensando que, a las malas, sólo perdería los 25 euros de diferencia con la inscripción. En cambio, me han dado una gratísima sorpresa, son muy cómodas, la pieza móvil de su talón hace de su amortiguación algo único, al igual que su lengüeta de EVA. Por si fuera poco, son flexibles, ligeras y me gustan estéticamente. He hecho tiradas largas, de más de 30 KM y estupendas. Pero para lo que más me gustan son para hacer series e imponerles ritmos altos en rodaje, su ligereza y amortiguación es su gran arma. Tienen más de 700 KM y aún me las pongo para hacer series y cada día me gustan más. El único defecto es que su textil, por su sistema sin costuras, es delicado y son algo estrechas por la parte delantera, cosa que ya han corregido en la siguiente versión, que todo sea dicho rondan mi cartera.

Pujando un día en ebay gané, sin apenas proponérmelo, unas ASICS NIMBUS 8 (60 Euros). Siendo sincero, no son zapatillas para mí que tiendo a supinar, además creo que algo falla en su diseño, hay una gran diferencia entre la amortiguación de talón, un colchón y la de los metatarsos, más bien justilla. Por otra parte, noto mucho los laterales del textil, aunque sin llegar a hacerme daño. No sé que sería de ellas si no llevaran sistema de guiado de pisada, o puede que ese sea el problema. Las uso sin pena ni gloria y la verdad es que no responden mal, pero he de reconocer que pese al precio no han sido buena compra.

La última adquisición me las trajo mi hermano de EEUU, unas ASICS NIMBUS 10 (84 euros). No parecen emparentadas, para nada, con sus predecesoras. Son un colchón, pero a la vez tienen respuesta, son las zapatillas base para el entreno diario, con ellas sabes que vas protegido y además comodísimo. Se nota que tecnológicamente son de las más avanzadas de la marca nipona. Todo lo que había salido mal desde las nimbus 4 a las 8, parece haber salido bien en las dos últimas versiones, pero especialmente en la 10. La verdad es que le he hecho pocos KM, pero te olvidas de que las llevas puestas, es más, te olvidas que el suelo es una superficie dura que castiga nuestras articulaciones y también se amoldan como un guante. Por decir algo, no necesariamente malo de ellas, diría que no son las más adecuadas para entrenamientos de calidad, están ideadas para devorar KM. Por cierto estéticamente son muy innovadoras.



Hasta aquí el repaso a mi pequeño harén. Pero como en todo, siempre hay una preferida, aquella que más nos ha dado y con la que compartimos mejores experiencias. Sin lugar a dudas, y por si aún no lo sabéis, afirmaría que la mejor de todas las zapatillas que he tenido son las NB 1061. Tienen un lugar muy especial en mi…..…… armario, el corazón ya lo tengo ocupado.


Antonio "runcraft"




domingo, 12 de octubre de 2008

QUEDADA QUEDADA

Mañana, si nada lo impide, unos valientes se han conjurado para hacer una subida al Llano de la Perdiz y contemplar nuestra hermosa ciudad desde las alturas.


El lugar de salida será el Parque de la Inmaculada, en la esquina más cercana a la clínica, a las 10 de la mañana. El recorrido es el que aparece en las imágenes, con cerca de 17 Km. La idea es subir al Llano por el Paseo del Salón y bajar por la Cuesta de Gomeres, con una rápida visita a la Alhambra incluída. Si hay ganas y tiempo, podíamos ampliar el recorrido hasta los 20 Km y si Mario viene el recorrido puede adoptar múltiples variantes gracias a su gran conocimiento de rutas y senderos. La tirada se ha planificado hacerla de manera tranquila, a ritmo cochinero trotón, para disfrutar de la compañía y de las vistas.



Abel, Jesús, Javi y Antonio ya han confirmado su asistencia, así que no seais comodones y acompañadnos en tan agradable mañana. Esperamos confirmaciones.

Un saludo a todos los verdes nominales y potenciales.

jueves, 9 de octubre de 2008

ESCAPAR CORRIENDO

A ver. Que tire la primera zapatilla cualquiera de los aficionados (y aficionadas) a esto de trotar, correr y galopar al que, practicando nuestro deporte favorito por la cuneta de alguna ignota carretera, no le han espetado alguna vez lindezas como “¡Correr es de cobardes!” o “¡Para hombre, que ya no te persigue nadie!”



El caso es que haya más o menos simpatía en el gracioso de turno, tengan sus palabras una mayor o menor dosis de ironía y mala leche, debemos reconocer que muchas veces tienen razón.



Porque... a ver. Que tire la segunda zapatilla aquél de ustedes (y ustedas) que no ha zanjado una discusión con la pareja, un desencuentro paterno-filial o una disputa laboral por la vía de calzarse unas deportivas y, dando un portazo más o menos contundente, echarse a correr, mascullando por dentro esas palabras que nunca se deben decir en alta voz si no quieres meterse, de verdad, en un buen lío.

Confieso que en varias ocasiones he escapado corriendo. O, mejor dicho, que he utilizado el deporte como vía de escape para aligerar tensiones, soltar lastre y descomprimir una caldera interior a punto de reventar.

Sales a correr cabreado como una mona, mentando a los muertos (y muertas) de todo bicho viviente, maldiciendo al santoral completo y utilizando insultos que ni sabías que existían. Pero cuando pasan unos kilómetros, notas cómo se destensan las mandíbulas y, a medida que los músculos se van calentando, la presión interna comienza a descender. Y todo se relativiza.

Ni ellos son tan malos, cretinos o indeseables ni, seguramente, tú tenías toda la razón. Cuando el sudor comienza a perlar la frente, lo que parecía un punto y final se ha tornado un punto y a parte. Y cuando la camiseta está empapada, ya no es más que un punto y seguido. De hecho, cuando regresas a casa, apenas si habrán sido unos anecdóticos puntos suspensivos a los que no se conceden la más mínima importancia.

A correr se puede salir por muchos motivos. Por gusto, claro. Por hacer deporte, en general. Para adelgazar. Para completar otro tipo de entrenamientos más específicos. Para sacudir las neuronas y sacarlas del acomodamiento en que se instalan frente a un libro o a la pantalla de un ordenador.

Pero también se puede salir a correr para escapar. Para fugarse, aunque sea momentáneamente, de una realidad que resulta incómoda, desapacible o indeseable. A veces corremos para alejarnos de presencias molestas, de charlas banales, de situaciones absurdas. A veces, incluso, corremos para huir de nosotros mismos.

Porque salir corriendo, cuando existe un punto de retorno, es la mejor terapéutica que puede existir. Corriendo se activan válvulas de escape que liberan tensiones con cada chute de endorfinas. Corriendo se ven las cosas de otra manera, desde otra perspectiva, en otra dimensión. Corriendo se liman asperezas, se suavizan encontronazos, se apagan las alarmas, se diluyen las palabras gruesas y se dulcifican los pensamientos más amargos.

Escapar corriendo es, por tanto, un signo de inteligencia que podemos y debemos utilizar en nuestro propio beneficio y en el de las personas que nos rodean. Al menos, siempre que hagamos un camino de ida y vuelta, trazando una hoja de ruta que nos devuelva al punto de partida.

La duda sería, por tanto, si escapar corriendo es una buena solución cuando nos enfrentamos a situaciones que se hallan en un amenazante punto de no retorno. ¿Qué les parece?

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.
http://pateando-el-mundo.blogspot.com/