martes, 27 de octubre de 2009

XV MEDIA MARATÓN DE JAÉN




Una hora, 29 minutos y 55 segundos ha sido la marca cosechada (tiempo real) en mi última participación en competición, concretamente, en la “nuncamáslacorrootravez” XV Media Maratón de Jaén. 25 de octubre de una mañana radiante de sol y como no podía ser de otra forma, cuestas. Que corrimos en Jaén “ni pollas”, mi tierra, la ciudad donde tantas horas de juerga he pasado (iba a decir de entrenamiento, pero mentiría) en mi periplo universitario, hace unos añitos ya.

Pues eso, que allí me planté solito desde Granada, más feliz que nada, como cada vez que voy a una carrera, pues es sinónimo de buen rollo y ambiente mejor. He de puntualizar que si me dicen que fue la media de Almansa, de Teruel o de Villabajo, igual me lo creo, pues la ciudad que encontré fue totalmente nueva y desconocida para mí. Barrios residenciales nuevos y obras, muchas obras, me han dado la bienvenida y me han complicado un pelín el llegar al recinto deportivo de Las Fuentezuelas.

Muchas caras conocidas, menos que otras veces, pero por allí pululan Víctor, Daniel, Blas, Txomin, Rafa, un amigo de mi pueblo que correría los 10 kms, David y un rostro que ya empieza a ser habitual en todos mis desplazamientos atléticos, el de Paco de devorando kilómetros, un crack en todos los sentidos. ¿Me dejo alguno? Si es así, perdonen mi cada vez más embotada y maltrecha memoria, pues debe ser que el contacto masivo diario de mi trabajo con adolescentes gritones, burlones, azarosos y en definitiva, estúpidos, me están perjudicando seriamente.

El tipo de la megafonía nos puso la cabeza cual bombo de semana santa, no paraba de hablar con un deje pesado y cadencioso que hizo que la cuenta atrás para el pistoletazo se hiciera insufrible. Un pequeño coro a mi derecha rezaba “Pega el tiro y cállate la p…. boca”. Pobre hombre, sólo trataba de animarnos, ay que ver qué tiquismiquis somos los “atletas” de vez en cuando. Pues el disparo sonó, pero yo no pasé por la alfombrilla de control del arco de salida hasta casi un minuto más tarde, y no exagero, porque el pelotón de corredores que se arremolinó al comienzo fue de los que hacen historia.

Ya desde el principio mis sensaciones fueron agridulces. Me explico: correría sin referencia alguna, ya que Víctor andaba pachucho con un fuerte resfriado, a Txomin no lo vi a la salida y al resto de animales conocidos no iba a pegarme, así que… a correr por sensaciones, pues no me apetecía en absoluto ponerme a maquinar estrategia alguna. Nada de mirar el crono como un poseso a ver cómo pasaban los miles, a ver cuándo el perfil me da el hachazo… No, ¡a correr, ni pollas! Claro que como dije antes, ya desde el comienzo no iba fino del todo, y es que últimamente no sé qué demonios me ha estado pasando, pues entreno con ilusión, con método y dedicación, con alegría, con mucha planificación y sensatez, sobre todo, pero llega el gran día y la tensión se afloja rápidamente como un flotador de los chinos. Sin motivación ni ganas ni nada de nada.

Empiezas esta bella media maratón y empiezas a serpentear en sentido descendiente, mucho. Habrá calles nuevas, pero sé cómo es esta ciudad generalmente, sé que no nos subirían hasta el centro ni por las calles mágicas de San Ildefonso y las cercanías de la magnífica catedral jienense, pero sé que hay que subir hasta la parte más alta de la Avenida de Andalucía, nuestro Gran Eje de toda la vida. Cuanto más bajes, más subirás. En Jaén no hay otra lógica. Y es cuando un corredor que iba parejo a mí comenta “ahora empieza Jaén, ahora empiezas a correr, ¿ves ahí a lo alto? Pues más lejos tenemos que llegar, hasta el km 10 subiendo y subiendo. Palabras literales. Me las creí, por supuesto, pues en la parte sur del nuevo barrio residencial del Bulevar ya empiezas a ascender. Veo los garitos, cafés y restaurantes donde he pasado, veo a la gente sentadita, tomando café, fumando, con las sillas giradas en dirección a la calle, por donde pasábamos intrépidos los corredores, esos chalados. Parecían parisinos, mirando a la calle, muy finos, con su periódico en el regazo. Palmas y palabras de aliento, poquitas.

Ahí la carrera te coge y no te suelta. Te desmoraliza poco a poco, agachas la cabeza, ves tus pasos torpes, tu sombra, que parece encogerse como tu moral, no quieres mirar más arriba pero acabas haciéndolo. Subes la avenida de Madrid hasta el Corte Inglés y estamos hablando de un desnivel considerable. Defensores acérrimos de esta media dicen que sólo son 400 metros, pero ¿y lo que viene luego? Cuando giras por El Corte Inglés, un pelín de llaneo y vuelta a subir hacia el Gran Eje, algo más de 3 eternos kms de subida progresiva y justo cuando estoy coronando veo a mi padre. El hombre no había buscado otro sitio mejor para ver a su lechón corriendo, devorando el asfalto grácilmente, demostrando vulgarmente su poderío atlético… Me vio encorvado, jadeando como un jabalí herido, vamos, hecho un asco, cuando peor estaba… Lo peor era que había que repetir el recorrido.

En la segunda parte del circuito no tuve más remedio que poner la cabeza al servicio de mis escasas fuerzas. Necesitaría mentalidad ambiciosa, fría y calculadora también. Iba en mis tiempos (sí, acabé mirando el cronómetro), era lo previsto, pero sí que pensé seriamente en abandonar en un momento de debilidad. Pero esa fiera batalla, ese brutal devaneo de mi mente acabó resolviéndose positivamente. Volví al Gran Eje, y cuando vi el cartelito del km 18 me eché al gaznate una ampolla de glucosa y supongo que el placebo de la pringue dulzona me hizo subir como un jamelgo de los buenos. Esta vez mi progenitor había abandonado su puesto vigía para irse a la meta, qué casualidad… En el km 20 me alcanzó un atleta del Club Jáen Clima, que venía dado zapatazos desde unos cuantos metros atrás, se puso a mi vera y saqué toda la mala hostia que tuve dentro para cuando lo vi más asfixiado, esprintar y sacar toda mi raza, entrando en la meta como un coloso. El corazón me lo devolvió dicho corredor un minutillo después. Puesto 94 de la general de casi 1000 corredores, un primer clasificado que hace 1h09’, sacando dos minutos al segundo… hmm, la media no debió ser muy sencillita. Pero aún así, rumié malas sensaciones. Luego cogí “el bolso del corredor”, porque nos dieron un señor bolso deportivo + sudadera + camiseta técnica excelente, tallaje acertado + sudadera + camiseta para el polvo doméstico, no me malinterpreten + cortavientos o chubasquero, según se mire, talle desorbitado + calcetines Luzbel + bolsita de galletas Cuétara + vale por un bocata de chorizo, aparte de fruta, agua, cerveza, isotónica… Vamos, como dice Paco, vestido para todo el año.

En fin, que retiro lo de que no la correré más, que nunca se sabe. Organización muy buena, para una media que va creciendo poco a poco. Daniel I el Grande hizo 1h 22’, y, sinceramente, no se me ocurre nada en este momento para describir su gesta. Quizá sólo que entró en el puesto 26 de la general. Ahí queda eso. Su comandante Blas Navarrete hizo 1h 28’, tenía los ojos inyectados en sangre, visualizando los próximos entrenos y barruntando posibles marcas futuras en Córdoba ( Blas cuenta conmigo para tiradas dominicales, tengo que morir o vencer), Txomin, superfuerte, hizo 1h32, si no me equivoco y está que se sale, pues sabe perfectamente que en una media “normal” habría restado al menos 4 minutos. Paco, sin entrenar, con el Aquiles tocado, por dar un paseo, bla, bla, bla,… 1h 34’, vaya paseos te metes, Paco.

Termino el ladrillazo de crónica diciendo que esta carrera ha sido el punto de inflexión para esta temporada en lo personal. Me ha dejado un noséqué de energía y mala leche que voy a emplear entrenando a muerte y con más alegría si cabe. El lunes rodé fenomenal y hoy hice series y tengo un hambre voraz de que llegue Córdoba. ¡Ah! Y pertenezco formalmente al C.A. MURGIVERDE de El Ejido, vamos, al Chino-Chano, pero ese es otro capítulo.

domingo, 18 de octubre de 2009

Multicrónica de la Media Maratón de Guadix 2009








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MEDIA MARATÓN DE GUADIX por Gregorio Toribio


MEDIA MARATÓN DE GUADIX POR José César Perales



MEDIA MARATÓN DE GUADIX por Mario Zafra


18 de octubre en Guadix 21 km, nunca recuerdo cuanto es el resto, en todo caso Media Maratón. 1 hora 37 minutos 51 segundos oficiales.

Hemos subido la marca en la que nos movíamos en la distancia, pero creo que cualitativamente hemos mejorado la marca, porque es una media dura, nada llana, bajadas pronunciadas y rápidas, y ascensiones progresivas y bastante falso llano.

La he disfrutado, y esa temida cuesta hasta Purullena, me ha parecido bestial, así como la salida del mismo Purullena.

Este optimismo quizás venga porque aunque he sufrido, sobre todo en ese kilometro 16 en el que no pude seguir al gran Abel, he disfrutado el recorrido, del que dicen que es solitario y por carretera, pero si le pones casas y edificios nos encontramos, ante una acertada media maratón.


Ahí estamos y esperamos seguir.


MEDIA MARATÓN DE GUADIX por Gregorio Toribio


¿Correr o no correr? That's the question

Todos tenemos nuestras horas altas y bajas. Ahora paso por un estado bastante lamentable debido a la falta de entrenamiento. El domingo pasado tenía la excusa perfecta para "librarme" de esta exigente Media Maratón de Guadix. Había quedado con unos amigos accitanos y tenía pensado acudir a la carrera como mero espectador para hacer unas fotos a los amigos de Las Verdes.

Pero las cosas se "torcieron" y mi mujer me abandonó a mi suerte pues no le apetecía madrugar en un domingo en el que yo no iba a competir. Así pues, cogí la indumentaria con la mera intención de salir con el pelotón a hacer unos kilómetros de entrenamiento y volver para presenciar la llegada de los luchadores y luchadoras del asfalto.

No puedo ser animado por nadie porque me conozco. En cuanto que Víctor se enteró de que me iba a limitar a hacer 10 kilómetros ya me tocó la moral instándome a que corriese la carrera con tranquilidad pero que llegase hasta meta. A él se unieron más ánimos por parte de Roberto, Abel, Daniel, Jesús Lens, Mario...

El envite era de órdago pues en la última quincena he salido tan sólo 5 días a correr no superando los 7 kilómetros y a ritmo de 5'00. Pero cuando la mente se pone en marcha, el cuerpo puede ser vencido. Encontré en el kilómetro 7 un perfecto aliado, Miguel de Alfacar, con el que hicimos un pacto de caballeros: sufrir esta Media Maratón juntos. Y así fue. He de decir que ha sido la edición en la que he sufrido menos porque el ritmo lo llevamos tranquilo y las sensaciones finales me abren esperanzas a que hay un futuro mejorable en esto del correr.

A petición de Las Verdes, he redactado improvisadamente estos párrafos, y me rindo ante sus acusaciones: NO TENGO PALABRA. Primero dije que no iba a correr y lo hice; después añadí que no terminaría el recorrido y también fallé.

Ojalá el no tener palabra se limite a estas actividades.

Un día grande en el que Las Verdes no estuvieron verdes y dieron la talla.

Saludos del Blogredor.


MEDIA MARATÓN DE GUADIX por Jesús lens


Cuando iba por el kilómetro 5 de carrera, se me vino a la cabeza el título de una película: “Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto”. Porque las tripas me estaban matando, llevaba un flato de infarto... y ¡anda que no me quedaba por correr!

Entonces empecé a echar cuentas de las cosas que no se deben hacer si no te quieres morir en las empinadas cuestas de Guadix, Purullena y alrededores, cuando intentas culminar decentemente una Media Maratón tan dura y exigente como la del altiplano granadino, en la que encontrar cien metros lisos es más difícil que ganarle a Usain Bolt en dicha distancia.

La primera cosa a evitar es llegar pasado de peso y con las piernas infladas, tras pegarte tres días de trabajo fuera de casa, comiendo y bebiendo más de la cuenta.

La segunda: no debes plantarte en la línea habiendo dormido una media de tres/cuatro horas en las noches previas a la carrera.

Más: no conviene pasarte la víspera deshojando la margarita de si vas o no vas a la carrera. ¡Decisión! ¡Concentración! ¡Seriedad! ¡Compromiso!

Y, sobre todo, lo que nunca debes hacer es irte a escuchar al fantástico saxofonista Nardy Castellini la madrugada anterior a la competición, bebiendo cerveza y vodka tras cenar ensaladilla rusa, dejando que te den las tres y media de la mañana, charlando gratamente con una de esas personas a la que hacía mucho, demasiado tiempo que no veías.

Porque, así, la carrera se hace aún más cuesta arriba de lo que ya es y, aunque crees tener en tus piernas potencia y resistencia para bajar de 1 hora y 35 minutos en una carrera normal, te las verás y desearás para llegar en 1 hora y 40 minutos en Guadix.

Aunque oficialmente me habrán salido 1.38, la marca es falsa. Pido mis más sinceras disculpas a los compañeros a los que adelanté inmerecidamente por “comerme” más o menos medio kilómetro al final de la carrera: me quedé solo, todo estaba lleno de coches y no tenía n.p.i. de por donde tirar. Así que tiré por el camino de en medio y me “ahorré” la última revuelta del circuito. Lo siento. Fue sin mala intención.

Jesús Lens.
Más Malverde que nunca.


MEDIA MARATÓN DE GUADIX por Víctor

El recuerdo del recorrido de la carrera accitana estaba muy presente en mi cabeza gracias a la entrada reciente de Abel en el blog. La decisión era correrla a un ritmo que fuese relativamente asumible para mis piernas. El día anterior Juamba me comenta que la correrá pero que no se encuentra en su mejor momento. Me comprometo a hacerla con él.

Hacemos la salida a un ritmo creo que alto para nuestras pretensiones y las piernas nunca envían sensaciones de ir bien debido a los excesos de otros deportes que han “contaminado” mi fin de semana desde el viernes, así como la falta de kilómetros a pie desde que terminé el maratón de Berlín (cuando tenga las fotos cuelgo la crónica).

Con todo, voy disfrutando del trayecto. La suerte de no ir a todo gas es que te permite percibir muchos más detalles de la carrera, el paisaje y los compañeros que corren. Voy adelantándole los detalles del trazado a Juamba y hablando con los corredores que nos van pasando: Eduardo, Rafael, Mario, Abel, Domingo,… Los últimos kms se nos atraviesan pero la tirada reciente por la vega hace fuerte mi cabeza ante esas rectas interminables. Llegamos con 1:40, cruzándonos a Daniel que de nuevo ha hecho carrerón (1:23) y va a buscar a su hermana para acompañarla en los últimos kms (que grande eres).

La idea era correr en Jaén fuerte pero la carrera de hoy me dejó alguna duda que espero se despeje en los entrenamientos de la semana. Pero esta carrera tengo que decir que pese a todo me gusta mucho, no todas las medias pueden ser fáciles.



MEDIA MARATÓN DE GUADIX por Abel


Magnífica mañana la que nos ha dado la bienvenida a la ciudad de Guadix, para disputar su Media Maratón. Muchísima afluencia de corredores, que se arremolinaban a los pies de la catedral, en los calentamientos previos a la prueba, momentos de excitación, nervios y saludos con amigos, antes de que el disparo de salida nos ponga, a todos en fila, y a cada uno en su sitio.

El calor ha sido menos sofocante que el pasado año, gracias a la elección de la fecha, lo cual a su vez ha logrado que, siendo ésta la que había prevista para la Media de Granada, haya convocado a multitud de atletas que habían llevado su puesta a punto para la misma.

Si bien, como digo, el clima ha sido benévolo, las cuestas siguen siendo las mismas y con idéntica dureza a la edición anterior, como era de esperar….jejeje.
Partía, con la idea en mente, de ser conservador y dejar para la segunda mitad de carrera, caso de que las piernas respondieran, la búsqueda de ritmos más altos y sostenidos. Y en esencia lo he logrado, aunque los últimos 5 kms se me han hecho particularmente duros.

Tengo claro que la compañía de Mario, la presencia de Jesús y el encuentro con Víctor, a lo largo del recorrido, han sido determinantes para lograr lo que, al menos para mí, ha sido una marca muy digna para una prueba que sigue siendo tan dura como recordaba. Hoy me ha resultado particularmente duro el regreso a Guadix a partir del km 11 aprox, porque la mente trata de poner fin al suplicio al que sometes a las piernas, y encima de forma voluntaria….ya sabemos que eso es nuestro particular espíritu masoquista.

También se agradece que la entrada a la ciudad, que suponen los últimos kms de la prueba, se note el aliento del público que, esta vez, no como el pasado año, se ha dejado notar intensamente.

Tras la simpática “revuelta” que se da a los pies de la catedral, la ansiada meta, con un crono entorno al 1:37h, que como decía anteriormente me resulta satisfactorio.

No ha habido ocasión para la “Venganza” que clamé cuando acudí esta vez a la prueba accitana, así que las espadas siguen en alto, pidiendo la revancha el año próximo…jejeje

viernes, 16 de octubre de 2009

Media Maratón de Guadix 2009 , "Sed de Venganza" por Abel

No me cabe más que confirmar que, el ser humano es el único animal que tropieza, al menos 2 veces con la misma piedra. Y en el caso del corredor muchas más. Viendo el tipo de tropiezos que nos infringimos, algún espectador, ajeno al mundo de la “alpargata”, sin vacilar un instante afirmaría que somos masoquistas. De hecho, yo mismo, en numerosas ocasiones lo pienso.

El pasado año participé en la prueba que encabeza este post, y lo pasé mal, realmente mal. Principalmente porque no estaba en mi mejor condición física, pero también por las condiciones que la propia carrera ofrece.

Trataré de contar mi propia experiencia en la Prueba del Melocotón, fruta con la que se obsequia a todo aquel que completa el recorrido propuesto.
Por si hay algún despistadillo por ahí, os incluyo el perfil y lo comento:




Llana, lo que se dice llana………..no es!!

Y es que nada más sonar el disparo de salida, te suben, bueno más bien subes tú solito, aun con las piernas algo frías, a lo más alto de la localidad. Imagino que habrá buenas vistas desde allí, aunque cuando el pasado año alcancé dicho balcón, la sangre parecía querer agolparse toda entera en las piernas, así que la vista se hallaba algo nublada y con el corazón desbordado, tratando de salirse por la boca, y ojo, que casi lo logra.

A continuación, descenso hacia la salida de Guadix y te encaminas por la carretera hacia Purullena, bonita localidad de la comarca, que te da la bienvenida a su término municipal con una cuesta que, solo con verla, te duelen las piernas y hasta el alma. Te parece interminable e inaccesible. La ves llegar desde lejos, con esa hilera de corredores que te preceden, imagen que más parece la “cuesta de los presidiarios” que una prueba atlética.

Ahora sí, descenso vertiginoso y entrada triunfal en Purullena, como caballos desbocados, aprovechando la inercia del descenso. Durante unos kilómetros eres consciente de que te estás alejando de Guadix, así que cuando por fin la orientación hace que vislumbres el rastro de la meta, la panorámica se vuelve dual y terrible, pues por un lado te sobrecoge la magnificencia de la torre de la Catedral accitana, pero eso sí, alejadísima de nuestra actual situación. Por tanto nos quedan unos kilómetros que ponen a cada uno en su sitio. Rectas interminables, con el sol dando plenamente de cara.

Es en este momento es cuando el corredor sufre un proceso de introspección, sumido en sus propios pensamientos, jalonados de jadeos, dolores múltiples, buscando fuerzas donde tal vez ya no las haya. Ahora eres consciente de lo que las cuestas que “decoran” el recorrido han hecho con tus piernas. Es ahora el momento de poner el piloto automático y enfundarte el mono de trabajo en esto del correr y sufrir.

Por fin encaras las calles de la población, y esperas al aliento del público haciendo un pasillo por donde trascurran los atletas, que te aporte el resorte necesario para poner digno colofón a esta prueba. Y en efecto, esperas, el apoyo del público, y esperas y esperas……… pero éste no llega y eso ocurre porque las calles están desiertas. Piensas que tal vez éste se agolpe, en las inmediaciones de la meta, y con esas ideas acometes alguna revuelta callejera antes de llegar al km 21.

A los pies de la Catedral, sabes que solo unos metros te separan de la ansiada llegada, y es ahí donde hallas los gritos de ánimo por parte de tu familia y amigos, y las familias y amigos del resto de participantes, porque lo que se dice público local no se ve, o al menos yo no vi, todo sea que mi mente se quedó sin alimento y esa parte se borró misteriosamente.





Cruzas la meta y en ese mismo instante, eres consciente de la dureza de la Media y juras y perjuras que ni por recorrido, ni por paisaje, ni por ambiente del público volverás a repetir esa prueba.


Y cuando quieres darte cuenta ha pasado ya un año y…….llega octubre de 2009 y …………….

…………. este domingo, si todo va bien volveré a correr la Media Maratón de Guadix, porque no quiero que una carrera me venza, no quiero rendirme sin pelear. Por supuesto que no es una prueba para hacer marca, pero sí una carrera para pedir ¡¡Venganza!!




domingo, 11 de octubre de 2009

SURCANDO LA VEGA -Por Javi




Un poco después de las 11 de la mañana, el Garmin Forerunner 305 de Txomin, justo a las puertas del restaurante Cruz de Granada de Pinos Puente, marcaba exactamente 25 kms. Suponía el magnífico colofón a una mañana espléndida, de agradable temperatura y mejor compañía, que 6 amigos corredores habíamos decidido transcurrir a golpe de zapatilla.

Más temprano, a las 8.30, puntuales, nos reuníamos en el mismo bar-restaurante Onio, Víctor, Txomin –amigo murciano de Águilas- y servidor. El plan establecido era dejar dos vehículos en Pinos Puente para volver todos juntos a Granada, a la puerta del olvidado Estadio de la Juventud, donde nos aguardaban Jesús Lens y Javi Ruiz, e iniciar desde allí nuestra travesía. Así lo hicimos, y a las 9.09 el grupo de 6 partió de la capital nazarí para adentrarse en las entrañas de la Vega. Para ello, buen humor y sonrisas, anécdotas y sobre todo ganas de correr eran las armas de las que disponíamos.

En todo momento el ambiente ha sido de lujo. No hemos parado de hablar de mil y un temas, nos hemos reído y hemos tenido que dar la voz de alarma en más de una ocasión, pues el ritmo se nos aceleraba por instantes. Y es que los cambios de ritmo de Javi Ruiz y Víctor, cada vez que se ponían en cabeza, nos obligaba a los demás a ponernos manos a la obra y no distraernos mucho. Esos caminos tienen una magia que ya he intentado describir sin éxito en otras ocasiones. Son senderos pedregosos y llenos de baches, así que te obligan a mirar por dónde pisas; al mismo tiempo, son angostos, con lo que el colectivo tiene que ir seccionado en dos grupúsculos, lo que te fuerza a vigilar los pies de tu compañero de vanguardia. A la izquierda, el Genil; a nuestra derecha, interminables choperas. Si bien esta vez la bruma mística del frío enero no nos acompañó, una agradable temperatura y un sol radiante han vuelto a conseguir emocionarme. Pasaban los kilómetros y el ritmo no decaía de 4’45’’, es más, 4’30’’ e incluso 4’25’’ ha sido un ritmo de crucero muy habitual en este trayecto que nos conducía hacia el pueblecito de Pedro Ruiz.

El grupo llega entero, animado, optimista. Bebemos agua de una fuente e inmediatamente, a pesar de alguna objeción poco convincente en cuanto al número de kms a realizar, volvemos sobre nuestros pasos para tomar un camino a la izquierda que nos conduciría a Fuentevaqueros. Y no directamente a Pinos Puente, jeje. Pero no, no nos perdimos. Fue lo acordado, unánimemente decidimos hacer 25 kms, así que no acortaríamos la ruta. Seguimos hacia la localidad lorquiana, cuyo paseo atravesamos, ante las miradas entre divertidas y atónitas de lugareños jóvenes y mayores. Así pues, dejábamos atrás un nuevo pueblo. El encanto que tiene atravesar una tras otra localidad en compañía de varios corredores, el sonido de tantas pisadas a lo largo de las horas, la cadencia de las respiraciones… es inigualable. Tras todo esto subyace una música que te envuelve y te hace, definitivamente, sentirte feliz. La sensación de hacer camino, el avance en su máxima expresión. Todo bonito, aun a sabiendas de que los 5 últimos kms no iban a ser precisamente amenos.

Y digo a sabiendas porque creo que todos y cada uno de nosotros sabía que
nuestro ritmo se incrementaría, que se desatarían las hostilidades de un momento a otro (“ir a 5 es una milonga”), que la feliz cohesión grupal se desharía cruelmente. Así fue justo al abandonar Fuentevaqueros. Fue sentir y reconocer el entorno circundante a Pinos Puente y las piernas empezaron a imponer un ritmo agresivo. El ritmo subió a 4’05’’-4’10’’, incluso más duro por momentos. Pero este grupo no es fácil de quebrar. A pesar de llevar casi una media maratón encima, con bellos y sugestivos paisajes, eso sí, y a pesar de no haber bebido más que un fugaz sorbo en la fuente de Pedro Ruiz, los dientes se apretaron; definitivamente nadie quería sucumbir. El pulso se aceleró, divisamos Pinos a nuestro noroeste, parece que quisiéramos acercarlo con nuestras miradas, pero para ello había que correr. Ya estaba bien. Ya teníamos a menos de 3 kms la Cruz de Granada. Agua y cerveza fresca nos esperaba, merecido manjar.

Corrimos. Mucho. Un pequeño rosario multicolor empezó a llegar al destino, sintiendo inmensa alegría en todos los casos. Para mí, emoción doble, pues hacía casi dos años que no hacía la misma ruta y por ello decidí subir el último puente antes de llegar al restaurante con todas mis fuerzas, tenía que sacarme esa espina. Además apenas unos minutos antes de concluir divisé en el horizonte un corredor de blanco. No sé por qué, pero se me antojó que sería Paco. Nuestro Compae, el que dos años atrás me había fotografiado sufriendo como un bellaco en el mismo puente, destrozado, hundido, llegando el último de todos. Él, como siempre, me dedicó un efusivo abrazo y una sonora carcajada, marca de la casa, a lo que yo reaccioné de idéntica manera. Mi alegría era inmensa. Pero aún quedaba la puntilla, que la daría nuestro amigo Txomin: “Javi, quedan 200 metros para hacer 25 kms, ¿los corremos?” Ya podéis imaginar mi respuesta. Dimos una vuelta al recinto del restaurante hasta que el Garmin del murciano se detuvo en 25 kms, en 1h 57’. En apenas un minuto, todos reunidos de nuevo, triunfales, sonrientes, felices, eufóricos. La mañana había sido inmejorable. Sólo faltaba rematarla volviendo a Granada y tomándonos allí nuestro merecido homenaje en forma de Alhambras 1925 bien fresquitas.

Decir por último que el grupo está en muy buena forma y que nuestra nueva incorporación, Txomin, se ha mostrado como un corredor perseverante, fuerte y con un final impresionante. Y que quedáis todos emplazados para nuestros siguientes retos. Uno indispensable será la subida al castillo de Moclín, para lo que todos los asistentes a esta tirada han manifestado su interés en acudir. Sigan esta bitácora y apúntense.

*Ruta y entrada dedicada a nuestro Antonio, al que le habría encantado acompañarnos, y que se encuentra por la Pérfida forjándose en el doctorado. Amigo, sé y sentimos que hoy has corrido con nosotros.