lunes, 28 de diciembre de 2009

REPORTAJE GRÁFICO MAÑANABUENA Y POSIBLE MAÑANAVIEJA

















A pesar del diluvio, la decisión ya está tomada

























Todo lo necesario para correr
























Puestas las zapas, ya no hay vuelta atrás


























Dos generaciones de corredores. Sobrino y hermano del Compae.

















A alguno se le olvidó el gorro de Papa Noel....y a otros se trajeron el de David "El Gnomo"....


















...pero para algo están los amigos

















Primeros compases: la cuesta de Fitena


















Superada la cuesta. Nos espera la lluviosa Vega

















No hay duda de que llovía: el objetivo no engaña

















Bucólico -y embarrado- paso por la Arquería árabe de Alitaje, en el corazón de la Vega.


















La lluvia no cesaba, pero los semblantes no lo acusaban

















¿ Comienza la batalla ?...

















..pero ¿no era una ruta lúdica?


















Estoy que no puedo

















Siempre somos felices cuando acabamos

















¿ Otro loco suelto ?


















-No soy responsable. Todos decidimos salir.


















Y comienza lo bueno.....


















...en la casa de Carmela


















Una forma muy particular de beber Rioja. Será la influencia inglesa



















¡Este ya se ha cargao tres mantecados, cinco gambas y dos trozos de chorizo!


















Los precursores de la Mañanabuena.


Buenos amigos, espero hayáis disfrutado con el excelente reportaje gráfico de la Mañanabuena 2009 realizado por el Compae Paco, que se esforzó en esos 8 kilómetros más que nosotros, sin duda. Una Mañanabuena que estuvo a punto de suspenderse, pero tuvimos la suerte que el diluvio dio paso a la lluvia y pudimos salir a hacer esos kilómetros por una impresionante y húmeda Vega.

Indicaros que se planteó en la comida de Navidad del pasado día 26, la posibilidad de reeditar la Mañanabuena en versión Mañanavieja. Probablemente nos encontremos igualmente con un diluvio, pero si salimos el pasado 24 con esa climatología adversa, ¿por qué no íbamos a salir el 31? Así que si os animáis podemos emplazarnos para el próximo día 31. Lo que digáis.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

CITA PARA LA MAÑANABUENA


Amigos Verdes, verdosos, verdiales, asimilados, adoptados, aspirantes, etc., etc., un inciso para convocaros a la Mañabuena 2009.
La idea es salir sobre las 10,30 de la mañana del jueves, 24 de diciembre. Quedaremos en el Rest. La Cruz de Granada, con tiempo suficiente para disfrutar de un carajillo tradicional antes de patear esos caminos de la Vega.
Cabe la posibilidad de lluvias, y aún no existiendo esa posibilidad los caminos eatarán embarrados e impracticables, por lo que servidor ya cuenta con una ruta por la Vega alternativa en la que se pisará muy poco camino y el poco que se pisará estará, presumiblemente, en buenas condiciones. Por si acaso no os llevéis vuestras más preciadas zapatillas.
En todo caso aconsejo ropa técnica abrigada porque las temperaturas siempre suelen ser bajas en esta época y en este terreno, en el que además no sudaremos demasiado ya que el ritmo será caracolil y lúdico. Un ritmo que posibilite hablar a lo largo de los 14 o 15 kilómetros que sospecho tiene la ruta (que mediré en Google Earth).
Importante llevar un gorro de Papa Noel porque no afectará a nuestro buen nombre en paraje tan solitario. Desconozco si existe Verde -creo que sí-. Sí lo hubiera mucho mejor, de lo contrario, pues, el tradicional de toda la vida.
Posteriormente nuestro Compae Paco nos llevará a la Sacristía -que nadie se asuste, es que la calle en la que vive Carmela, su madre, se llama Sacristía- donde nos deleitará -en realidad nos deleitará Carmela- con unas copas de anís, coñac y unos buenos mantecados de Pinos, en la línea del año pasado.
Un último apunte: si llueve correremos, a no ser que las autoridades prohíban pisar la calle.
Nos vemos pues, lechones.

sábado, 19 de diciembre de 2009

LA COMUNIÓN DEL CORREDOR


Lo mío hoy no ha sido madrugada. A las 8 y pocos minutos de la mañana me he calzado gorro guantes y toda la indumentaria para hacer frente al general invierno y he salido a los caminos. Maldecía mientas que mi reloj conectaba con los satélites por tener que estar parado.


El día prometía ser hermoso, un sol helador asomaba en el horizonte de esta gélida mañana. Como de costumbre cuando corro por la mañana me he dirigido al canal de Oxford. Notaba que hacía más frío que otras veces, pero al llegar al canal y ver que estaba helado me he dado cuenta de que hoy era diferente. Incluso me he parado a tirar piedras para romper el hielo de la superficie.


Lo bueno del asunto es que el barro, que estas últimas semanas me impedía avanzar, se había helado con lo cual la superficie volvía a ser practicable. La rasputitza había desaparecido; los panzer volvían a avanzar hacia Moscú.


Al final del canal he llegado a Wolvercote, una pequeña localidad al norte de Oxford. La estampa era muy bonita: el pueblo con la decoración navideña; todas las superficies heladas, incluidas una pobres vacas que buscaban pastos; y yo cruzando los puentes de pueblo mientras que debajo sus aguas corrían rabiosas para no ser congeladas.


Ahora llegando al río es paisaje era sobrecogedor. La mañana era clara, el sol, aunque mudo, se mostraba radiante y despertaba las primeras brumas matinales que se elevaban difuminando el paisaje de Oxford confundiendo árboles y edificios en una simbiosis única. Empezaba a entender la fuente de inspiración donde Tolkien y Carroll obtuvieron la inspiración para crear sus maravillosos mundos.


No era el único que agradecía este día, los corredores de ambos sexos, muchos más de los normales, intercambiaban “morning” conmigo, al igual que los paseadores de perros. En ese momento he de decir que me he sentido parte de todo esto, como decir: integrado. He apreciado la belleza de todo como si fuera mío, o como sabiendo que a partir de hoy formará parte de mi para siempre.


Al llegar, las endorfinas me embargaban, daba las gracias del día que decidí ponerme unas zapatillas por primera vez y salir a correr. Sentía haber realizado una comunión que había reunido cuerpo, alma y entorno. En vez de frío sentía una intensa sensación de bienestar en mi interior. Después, de camino al trabajo, todavía embargado por las sensaciones, reflexionaba sobre lo mucho que me aporta correr, lo bien que me viene para dejar atrás preocupaciones, soledades, miedos y problemas. Soy feliz cuando corro.



Un abrazo desde la hoy impresionante Pérfida




martes, 15 de diciembre de 2009

MEDIA MARATÓN DE GRANADA por Onio

Antes de leerte todo el tostón que me ha salido, porque me ha salido un tostón de narices, mira el lado derecho de la página. Verás que hay una encuesta para elegir el día de la comida - cena de Navidad. Y es que como hay personas que pueden venir un día y no otro y viceversa y no quiero ser yo el que lo elija a mi libre albedrío propongo la democrática solución de una votación.
Por favor sobra decir que todo aquel que no vaya a venir a la comida - cena se abstenga de votar.

Y ahora si, aquí está el tostón.



Al pasar frente al Carrefour el domingo por la mañana camino del Zaidín sentí como se me formaba un mudo en el estomago pero lejos de ser una sensación dolorosa se transformó en una sensación placentera que se extendió por todo mi cuerpo.
Unas horas antes recién acostado y en la oscuridad de la habitación pensaba en la posible marca que podía realizar: “Bajar de 1h35’ sería una marca cojonuda; bajar de 1h30’ sería la leche. Bueno, mejor me duermo y mañana ya se verá.”
Nada mas llegar a la zona desde donde empezaría la carrera recibí la llamada de Javi indicándome donde se encontraba y allí me dirigí para ver a los compañeros antes de la carrera y poder intercambiar impresiones. Fue entonces cuando Javi me pregunto:
“¿Cómo te encuentras?”
“Estoy nervioso” le contesté
“Eso es bueno, seguro que lo haces bien”
Después de hablar un poco con Mario y con Salva y saludar brevemente a Cristian, Blas y a Daniel I el Grande cada uno se dirigió a terminar de “acicalarse” de cara la batalla que no esperaba.
Había elegido pantalón y camiseta corta pese a que el día había amanecido bastante frío aunque prefería pasar un poco de frío al comienzo que sentirme agobiado a mitad de carrera así que nada mas despojarme del chandal que llevaba sobre la ropa de la carrera empecé a calentar para entrar en calor. Ya junto al estadio encontré a Gregorio y a José Antonio con los que intercambié breves impresiones ya que el día no estaba para estar mucho tiempo parado así que continúe calentando ya junto a Mario y a Javi.
Al poco nos dirigimos hacia los cajones de salida donde busqué colocarme en una zona intermedia con el fin de no perder mucho tiempo en la salida teniendo que adelantar a todos esos tipos que, no sé por qué, se colocan en primera fila sabiendo que no van a hacer otra cosa mas que estorbar.
Y entonces sonó el disparo y todos empezamos a correr. Había decidido correr a pulso, es decir, fijarme un intervalo de pulsaciones e intentar mantenerlo durante toda la carrera, algo que hice en La Ragua y me dio buen resultado pero enseguida me di cuenta de que manteniendo las pulsaciones en ese intervalo no alcanzaba el ritmo que quería para bajar de 1h30’ así que decidí apretar el ritmo y ver que pasaba, “si aquí se viene a morir, muramos pues”, me decía.
Pasé el primer mil en 4’30’’ “voy demasiado lento, tengo que recuperar”; segundo mil y el crono marca 4’18’‘ “eso está mejor, aprieto un poco mas y mantengo”, a estas alturas el pulso lo tengo bastante mas alto de lo previsto pero pienso que cuando coja el ritmo irá bajando poco a poco; tercer mil y 4’19’‘ “si no aprieto no llego, hay que morir intentándolo”; cuarto mil y por fin 4’06’‘ “he recuperado 10’‘ pero aún tengo que marcar unos cuanto así para recuperar el tiempo perdido y sobre todo para el que perderé del km 10 al 14”; quinto mil y 4’02’‘, para entonces el pulso me ha bajado un poquito, no mucho pero un poquito, y parece que se mantiene estable con lo que intento mantener el ritmo ya que las sensaciones son buenas; los siguientes miles se quedan por debajo de 4’10’’ y entonces en torno al km 7 - 8 (por la calle Arabial, mas o menos) decido unirme a un grupo que lleva un ritmo muy parecido al mío y con el que iba Nacho. Este fue el momento mas transcendental de mi carrera ya que la decisión tomada influyó notablemente en el resultado que obtuve al final. El grupo iba comandado por un tío muy peculiar, un tal Manuel si mal no recuerdo, que llevaba una camiseta del Granada 74, según creo (por favor, que me perdonen si me equivoco), y al que conocía media Graná ya que todo el mundo lo saludaba a su paso. Pero sobre todo un tío que sabía lo que hacía ya que clavaba los tiempos a su paso por los miles y sobre todo porque ante la fase de la carrera que se avecinaba sabía que no podía afrontarla solo.
Paso el km 10 en poco mas de 42’’, por cierto mi mejor marca hasta la fecha en esta distancia, y doblamos a la derecha afrontando las temidas cuestas que nos llevaran 4 km mas tarde a la Av. de Pulianas, “si consigo llegar medio vivo allí arriba estaré muy cerca de conseguirlo”.
Justo antes del km 10 hemos adelantado a Victor pero ahora no quiero mirar hacia atrás para ver si nos sigue o no, quiero concentrarme en la carrera y que no se me escape el grupo. Recuerdo entonces unas palabras del gran Daniel en las que durante una madrugá cuando me estaba quedando rezagado casi al final del entreno cuando el ritmo se suele apretar, el se puso a mi lado y me dijo “metete ahí dentro, si te metes en el grupo aguantarás el ritmo”. Así que me meto dentro llegando en algunos instantes a ponerme en cabeza junto al tal Manuel que no se corta en decirle a todo aquel que aprieta el ritmo que se frene, que aún queda mucho.
Llegando al ansiado final de la cuesta adelantamos a Cristian, el cual sin duda está tocado después de algún tiempo sin entrenar por una lesión, y a Carlos que lo acompaña, cambio algunas palabras con Cristian pero sigo concentrado en no perder el grupo. Justo al final de la cuesta noto que el grupo se aleja un poco y que un chaval con una camiseta roja también se está quedando así que entonces soy yo el que repite las palabras de Daniel y le digo “hay que meterse ahí como sea” mientras señalo al grupo que se aleja poco a poco, aprieto sin dejar de mirar entonces hacia atrás para ver que el chaval me sigue y por fin a la altura del Cervantes conseguimos meternos nuevamente dentro del grupo. Los últimos miles se habían ido por encima de los 4’20’‘ pero ahora el terreno era favorable y sobre todo tras pasar lo mas duro de la carrera y estar aún entero me sentía capaz de recuperar el tiempo. Veo que el grupo comienza a marcar los miles en torno a los 4‘10’’ y así pasamos por el Hospital Real, La Gran Vía y La Carrera de la Virgen, mantengo el ritmo sin demasiados problemas y aún me siento capaz de aguantarlo pero entonces llega el km 18 y de repente siento una gran pesadez en las piernas. Una gran duda asalta mi cabeza, “Por qué sufrir. Déjate llevar, el 1h35‘ lo tienes hecho y es un buen tiempo para ti”, “y una mierda, no he llegado hasta aquí para entrar por meta paseándome, si tengo que morir ahora es el momento”. En todas estas dilaciones el grupo se me ha ido un poco y para colmo el terreno vuelve a picar ligeramente hacia arriba ahora que las piernas me pesan una tonelada, hecho muchísimo de menos los geles que no fui a comprar el sábado por la tarde pero pienso que son sólo 2 km y que después vendrá otra cuesta hacia abajo y todo habrá terminado. Aprieto los dientes y ahora que no tengo las referencias del grupo decido echar el resto. Casi al final del Camino Bajo de Huetor adelanto a Javi pero no atino a decirle mas que “¡Vamos!” en un leve susurro ya que el resuello no me da para mas. Los tres últimos miles se han ido a algo mas de 4’20’’ pero aún puedo llegar, así que habiendo superado ya el km 20 decido apretar todo lo que pueda “Hay que morir, hay que morir” me repito sin cesar.
Por fin veo el estadio pero no es momento de relajarse sigo a todo lo que doy en ese momento y como es obvio a esas alturas tanto el pulso como el crono me importan un carajo, lo único que quiero es llegar. Últimos metros ya sobre el tartán y doy lo poco que a esas alturas me queda. Paso bajo el arco, paro el crono, lo miro y me gusta lo que veo, 1h30’20’’.
Poco a poco voy recuperando el aliento mientras me dirijo a reponer líquido ya que apenas he bebido en toda la carrera. Intento desabrocharme los cordones de las zapatillas para poder sacar el chip pero compruebo para mi sorpresa que no puedo agacharme así que busco un banco donde sentarme. Ya en ese banco veo que llega Victor y Javi, con los que cambio impresiones. Poco a poco vamos viendo a mas conocidos como a Domingo que ha hecho un carrerón, 1h28’ si mal no recuerdo, y al Gran Daniel I el Grande que según nos cuenta pinchó en el km 3 y se tuvo que parar a estirar y aún así hizo 1h22’, ¡increíble!.
Para concluir me gustaría dar las gracias a todo el grupo de Las Verdes ya que gracias a todos vosotros, con los entrenos compartidos, los consejos dados y los buenos ratos que pasamos cuando nos reunimos hacen que cada día ame mas a este deporte y tenga ganas de superarme, este pequeño triunfo que he conseguido es gracias a vosotros. Y por supuesto un millón de gracias a mi SANTA esposa y a Gonzalo ya que todo el tiempo que paso entrenando se los robo a ellos.

P.D.: ¿Has votado ya el día de la comida - cena de Navidad?. Pues vamos que se acaba el plazo y corres el riesgo de que elija el día por el método pseudocientífico del “pito, pito, gorgorito”.

jueves, 10 de diciembre de 2009

MAÑANA BUENA

A buenos entendedores pocas palabras bastan

Día: 24 de dicimebre

Hora: Mañana (por concretar en consenso)

Lugar: Según decidamos, a conveniencia del grupo, o la banda, o los que asistan.

Plan: Correr y degustar unos anisetes y polvorones en buena compañía

Ritmo: El más lento marca el paso

Intenciones: Disfrutar de las navidades

Se ruega a los interesados que se manifiesten

P.D. Se recuerda además que Onio, muy amablemente por su parte, está organizando la cena de Navidad, a ver si le facilitamos el trabajo.

lunes, 7 de diciembre de 2009

MEDIA MARATÓN DE GRANADA, ¡POR FIN! por Onio



Pues si, aunque muchos éramos tremendamente escépticos cuando allá por el mes de octubre se anunció que se suspendía la media maratón de nuestra ciudad parece que al final se impondrá un poco la cordura y nuestra media finalmente se celebrará el próximo domingo.
Todos buscamos hacer un buen papel en nuestra carrera aún sabedores que el perfil que la misma presenta no es el mas propicio para hacer buena marca pero dejando de un lado los tiempos a todos nos gusta recorrer las calles de nuestra Granada libres de coches aunque sea solo por un día, algo a lo que el grupo madrugador está un poco mas acostumbrado.
Pero no pretendo yo hacer una crónica que la preparación de esta media y de las posibles intenciones que tengamos cada uno respecto a ella. Mi intención es mas simple y mucho mas lúdica. Si el año pasado nos reuníamos después de la carrera junto a una mesa para reponer las energías gastadas y sobre todo para charlar y compartir un buen rato juntos la intención de este año es exactamente la misma.
Así que en ausencia del Padrino que era generalmente el que se encargaba de montar todos estos “tinglaos” tomo momentáneamente el relevo y propongo que para el próximo día 13 nos reunamos todos los verdes, y quien se quiera unir, en torno a una buena mesa que podría ser la del restaurante Los Cazadores en Pinillos.

La intención sería la de reservar para este miércoles así que por favor señores sean raudos en pronunciarse a favor o en contra para que no nos quedemos sin sitio.
Por otro lado también aprovecho para ir proponiendo la comida - cena de Navidad que este año con la intención de que estemos todos se retrasará hasta después del día 25 siendo una buena fecha el 26 ó 27 por ser fin de semana y estar todo el mundo, o casi, libre esos días. La intención para este día es buscar algún sitio en Granada capita, yo ya tengo alguno pero antes de hace nada lo comentaré, para no tener que coger coches o hacerlo lo menos posible a la hora de querer tomarse algo tras la comida o la cena según suceda.
Pues nada ahí queda eso, como podéis ver poco tiene que ver el contenido con el título pero así por lo menos captaba vuestra atención pues está visto que mi poder de convocatoria es mas bien escaso tras las últimas que he realizado para hacer alguna tirada, tirada como la de ayer por el Trevenque en la surgió hasta el torero que todo español lleva dentro pero eso es otra historia.

lunes, 30 de noviembre de 2009

UN DOMINGO CUALQUIERA EN CÓRDOBA -Por Javi





Con tremenda ilusión y motivación me presentaba en Córdoba el último fin de semana de noviembre. Se celebraba la Vigésimo Quinta Media Maratón de dicha ciudad y ello iba a suponer el colofón triunfal a tres meses de duros y concienzudos entrenamientos. Como habréis apreciado, he usado hasta ahora el pretérito imperfecto, pero dándole un matiz hipotético. Quiero decir que de triunfo, nada de nada. Caca de la vaca.
Si quieres, anhelas y además confías en batir tu marca (al menos igualarla) hay ciertas cosas que no debes hacer el día de antes. Y no hablo EN ABSOLUTO de excusas, que quede clarísimo.

PROLEGÓMENOS. LA VÍSPERA

A mediodía llegábamos a Córdoba Pepe Villegas y su esposa Reme, Nuria y servidor, tras un viaje de más de 3 insufribles horas. Hospedaje en hotelito (no veas cómo impresionaban las fotos de internet y cuán diferente fue la realidad) y prestos a cometer el error atlético, si bien justificado. Error atlético porque la lógica dice que tu cuerpo se resentirá tras más de 6 horas de pateo intensivo por la ciudad califa, sin un calzado adecuado, ya que supone un cansancio añadido a lo que servidor ya arrastraba de antes; pero justificado, qué narices, porque la ciudad bien lo merecía, porque su gastronomía es excelente y el día era inmejorable para disfrutar e impregnarse de otros aires al tiempo que caminas tranquilo pero sin pausa. Y justificado otra vez porque no todo va a ser correr. A media tarde nos hicimos con los dorsales y obsequios y nos encontramos con el tercero en discordia y respectiva novia, Manolo y Carmen. Entre risas y buen rollo pasamos un sábado radiante, culminada con una buena cena. De ahí a descansar. O a intentarlo.

EL GALLO

Ya en la cama lo barruntaba. Diagnóstico: cansado. Dolor de rodillas, tobillos hinchados y una apatía atlética considerable. Dios, os prometo que esa noche me habría apetecido salir de marcha, beber, fumar y castigar el cuerpo, cualquier cosa menos madrugar al día siguiente para correr. El caso es que cuando el gallo cantó por primera vez di un respingo en la cama pensando que la hora había llegado. Eran las 3 de la madrugada. Maldito gallo. Volvió a cantar y volví a sobresaltarme. Eran las 3.25. Siguió con su ritual hasta las 6.30, cuando ya no pude hacer otra cosa que levantarme resignado, desvelado y hecho polvo, dispuesto a ponerme la indumentaria y las pinturas de guerra. ¿Guerra?


100% PROBABILIDAD…

…De lluvia. Eso habían vaticinado todos los telediarios, páginas webs meteorológicas y viejos del lugar con respecto al domingo. ¡Si hasta Julio Marvizón habría acertado! Que iba a llover lo sabíamos pero nadie nos avisó de que lo nos aguardaba el día 29 iba a ser la manta de agua más impresionante que he visto en mucho tiempo. Parecía increíble que se tratase de la misma ciudad que habíamos despedido el día anterior. Con pocas ganas nos fuimos los tres a ver qué pasaba. Tras desayunar en las inmediaciones de las pistas de atletismo donde empezaría y acabaría la batalla y convertir el Focus de Manolo en un improvisado probador donde cambiarnos, nos dirigimos al caos del guardarropa con nuestras bolsas, lugar en el que aguardaban casi 2000 personas apelotonadas, abriéndose paso a empellones, codazos y hasta rodillazos, intentando, bajo un toldo agujereado y por donde caían inmensos chorros de agua sobre nuestras cabezas, dejar sus mochilas. Nuestras pegatinas identificativas con el número de bolsa se nos desintegraron en las manos, así que desistimos y volvimos a los coches a dejar allí las bolsas. 9.55. 5 minutos para el comienzo de la carrera.
Empapados ya hasta la médula, las zapatillas caladas y los ánimos aplacados, y mis compañero me manifiestan la posibilidad de no correr y volver al hotel, porque esas no son condiciones ni para asomarse a la ventana. Momentos de zozobra y duda, pero nos dirigimos a toda leche hacia la salida, gritando y con ganas de guerra, qué demonios. Una marea multicolor por delante; otra por detrás. “¿Dónde estamos exactamente? ¿Vamos más hacia delante? Ya es la hora. ¿Ha sonado el disparo? ¡Sí! ¡No! Yo creo que van con retraso. ¡Mira, esos están corriendo ya! ¡Vamos, que ha empezado! ¿Pero qué hora es? ¡Me cagüen la puta!”. 10 minutos más tarde pasamos por el km 2, tratando de no matarnos, de no tropezar o no ahogarnos por los laterales de las calles (por donde se supone debes adelantar), con charcos que te llegan por los tobillos. O sea, que los dos siguientes hay que hacerlos en 3’30’’ para recuperar, pienso y hablo con Manolo. Es inútil, para entonces ya he perdido la intensidad y la motivación. Me pongo una braga para el cuello en la cabeza a modo de gorro. Estoy, como me dice alguien desde el escaso público, “bonico, bonico”.


Km 3.5. Manolo: “Javi, llevas el cordón derecho desatado”. Me agacho, cogo los dos cabos y compruebo atónito cómo mis dedos no pueden moverse, las manos se me han congelado casi, soy incapaz de echar el lazo a la puta zapatilla, la impotencia se apodera de mí y me quedo empanado perdido a la derecha de la calle, estorbando a corredores y en un punto de no retorno. Un minuto más tarde casi consigo echar un débil lazo y me lanzo a la caza de Manolo. Pepe iría más atrás, sin tantas agonías. Y ahí se acabó todo. En el km 11 compruebo que ya no puedo seguir a Manolo, que me duelen muchísimo los cuádriceps y que, en definitiva, la carrera había terminado para mí antes de empezar. Mi compañero de fatigas se me pierde en la distancia. Yo y mi gorro nos quedamos solos y tristes a librar la batalla contra los elementos y yo mismo.

EL DESENLACE

Una débil tregua de lluvia en el km 16 de apenas 2 minutos y poco más que contar. Ya he perdido la referencia de tiempo y mi cabeza está en otra cosa. Está en que me apetece correr por correr, hablando y disfrutando, en que seguiré entrenando por supuesto, en intentar conciliar ambas cosas, en rumiar constructivamente mi fracaso… Amigos, no me salió la carrera. No valen excusas. Como dije al encontrarme al final con las niñas, “no había tío para más”. Mi tiempo real, según Gescon-Chip, ha sido 1h27’35’’; Manolo ha hecho 1h26’’ y confirma su impresionante estado de forma -hubiese reducido un minuto en una carrera “normal”, y Pepe ha hecho 1h38’. También vi a Chomin, que está hecho un león, según creo recordar, hizo 1h28’. Vine a bajar de 1h25’ y se me ha quedado lejos, muy lejos.
Algo estoy haciendo mal, o mucho, no sé. El caso es que no veo mi horizonte atlético muy claro, que dentro de dos semanas viene Granada y que hasta entonces me lo voy a tomar muy pero que muy tranquilito.

martes, 10 de noviembre de 2009

QUEDADA QUEDADA

Amigos es un placer volver a convocaros a una nueva cita. Esta vez deportiva.

A ver si somos capaces de coordinarnos todos para el sábado día 14 de noviembre. La idea es simple, correr y después compartir unas cervecillas postentreno, de esas del primer trago de cerveza y otros pequeños placeres de la vida. Lo ideal es hacer un entreno asequible para todos, he pensado en un Pinillos a ritmo tranquilo. Lo que se pretende es coincidir el máximo número de amigos y compartir el entreno. Ya dejaremos para otra vez un entreno de logística más complicada y ambicioso. Es mi última quedada antes de volver –el domingo por la mañana retorno a la Pérfida Albión- y me gustaría despedirme como acostumbramos a hacer las cosas en Las Verdes: corriendo y tomando después un buen refrigerio.

Esta es una idea, pero entre todos podemos sugerir y discutir otras alternativas. La hora, pues por la mañana, cuando nos venga bien a todos. Javi y Onio han manifestado su intención de que no sea muy temprano. Por lo que creo que las 10 sería una buena hora. Ahora que no os cortéis de sugerir vuestras propuestas.

Además, mañana volverá el grupo mañanero. A las 6:30 en mi casa y un cuarto de hora después en Correos, como siempre. La idea es hacer una silla del moro.

Lo dicho, un saludo y espero que podamos vernos el sábado.



jueves, 5 de noviembre de 2009

MARATÓN DE BERLÍN 2009 (Por Víctor)




¡HAY QUE REPETIR!- ese fue el pensamiento que me asaltó cuando terminé el maratón de Berlín. Y es que después de haber corrido dos maratones anteriormente (Madrid y Sevilla) yo era de los que pensaban que esa distancia no podía ser sana, que se sufría mucho, que se invierte demasiado tiempo en entrenarlo, que algún día el cuerpo pasará factura por esto… confieso que incluso desde que terminé Sevilla en febrero me había estado arrepintiendo de estar inscrito en otro maratón en el mismo año, pero la inscripción ya estaba hecha y además me apetecía mucho entrenar y correr un maratón con mi padrino y maestro del fondo, mi vecino Blas.



La idea de ir a Berlín empezó a fraguarse hace un año aproximadamente, cuando Blas y Carlos regresaron del maratón de Nueva York. Recuerdo esos viajes en el coche con ellos dos y con Daniel a la media de Córdoba, a Almería,… incluso recuerdo que llevados por el entusiasmo planeamos hacer Sevilla, París y Berlín en el mismo año. Afortunadamente Blas impuso cordura y fijó Berlín como objetivo del año. Su intención (que ya es objetivo de todos) es hacer las 5 grandes (Nueva York, Boston, Londres, Berlín y Chicago).



Esas salidas de madrugada provocaron pronto otras dos incorporaciones a la expedición berlinesa, Christian y Daniel (Dojo). También Pedro, cuñado de Carlos, se sintió atraído por el misterio de la mítica distancia y sin haber corrido siquiera una media maratón hizo la inscripción, ahí, sin miedo.



Los entrenamientos comenzaron a ponerse serios a partir de Julio, al mando de nuestro comandante Navarrete, que siempre estaría ahí para animarnos y no levantar el pie del cuello en ninguna sesión. En mi caso problemas de salud de mi padre me hicieron romper bastante el ritmo de entrenamiento y competición que había llevado desde mi incorporación al mundo del triatlón, así que mis inclusiones en el grupo fueron intermitentes y dubitativas al principio, pero eso sí, siempre intentando cumplir las sesiones más exigentes de la semana al menos. Tengo que reconocer de todas formas que mis km fueron más bien escasos, semanas de 50-60 km de media, la semana que más quizá hice 75. Pero para siempre recordaré esos 2 días de series, series que a priori parecían imposibles, y que aunque yo no las hice todas, fue una delicia ver terminar esos 8x3000 ó esos 6x5000 a los grandes, los 2 Danis y Blas.



El viaje a Berlín lo hicimos en un ambiente distendido y festivo, acompañados por nuestras mujeres, sin dejar de reír con las cosas de Daniel, de Cristian, de Carlos,... La ciudad me cautivó desde el principio, una ciudad con esa fuerza, capaz de reconstruirse, reunificarse, reinventarse y volver a ser una de las principales capitales europeas, todo en tiempo record. Pese a ser un grupo relativamente grande los entrenamientos habían creado mucha cohesión y nos mantuvimos unidos prácticamente todo el tiempo. Aunque centrados en el maratón llegar el viernes previo nos dio la posibilidad de recrearnos visitando los sitios más emblemáticos de la ciudad. El viernes, entre el viaje y recogida de dorsales no dio tiempo a mucho más. La primera toma de contacto seria fue en forma de entrenamiento, salida vespertina inolvidable para trotar desde nuestro hotel en Alexander Platz y reconocer ese escenario espectacular atravesando Under den Linden hasta la Puerta de Brandeburgo, pasando por la catedral, la isla de los Museos y divisando al fondo el Parlamento. ¡IMPRESIONANTE!. Al final del recorrido una foto para recordar siempre, nuestras zapatillas pisando ese adoquinado que marca el lugar donde se levantaba el famoso Muro de Berlín.







El resto del día, tras un desayuno abundante pero controlado, lo invertimos en hacer turismo por los sitios más destacados (Check Point Charlie, Muro, monumento conmemorativo a los judíos, Sony Center, Parlamento, Puerta de Brandeburgo, ..). También hubo alguna compra pero sin olvidarnos por supuesto de recargar el glucógeno en el mejor sitio posible, restaurante Vapiano, con pasta fresca de todos los tipos posibles cocinada para el cliente en vivo y acompañada con una refrescante cerveza alemana.







El ambiente del grupo como comentaba era alegre, así que Daniel no tardó en contagiar esa euforia por Berlín, las mujeres pedían fotografiarse con él!.







Finalmente, cayendo la tarde, vimos la llegada del maratón de patinadores en línea, un maratón paralelo con el mismo recorrido que el nuestro, que se celebra el día anterior y aquí dividimos por primera vez el grupo, las mujeres a saciar esa sed de compras y nosotros a relajarnos al hotel con una sesión de sauna y automasaje.




LA CARRERA.



Muy temprano, a las 6 a.m., el movimiento de corredores en el hotel anunciaba la gran cita. En el comedor nos fuimos encontrando todos con las prisas, los nervios, ese ansia de querer estar a punto lo antes posible. El desayuno con estas prisas duró apenas 15 minutos, en mi caso unas tostadas engullidas en pocos bocados, un café y un plátano para el camino, había que terminar de prepararse en la habitación para estar en perfecto estado de revista a las 6:30. Aunque no estábamos excesivamente alejados de la salida (unos 3 km) tomamos un par de taxis para no gastar ni un gramo de energía antes de tiempo. La entrada a la zona de corredores, en un parque espectacular (Tiergarten), ya era un hormiguero de atletas buscando su box para dejar la bolsa del guardarropa. Para abreviar organizamos todo nuestro material en dos bolsas, quedándonos con alguna ropa de abrigo que después desecharíamos en la salida.




Ese ir y venir de atletas va creando ansiedad, así que empezamos a caminar buscando nuestro corral de salida. Hemos sido ambiciosos al hacer la inscripción, señalando en el tiempo objetivo bajar de las 3 horas, pero esto nos beneficia para la salida, colocándonos justo detrás de los corredores de élite. Y allí estamos, a tiempo, bien colocados y todos juntos. Vamos todos con las camisetas que hemos comprado, serigrafiadas con la bandera española que llevaba la División Azul en Alemania (Blas cuida siempre estos detalles) y entonces hacemos un corro donde nuestro Comandante nos dice unas palabras muy emotivas que nos hacen subir la adrenalina, ahora ya se han acabado los temores y las dudas, estamos deseando oír ese disparo de salida.



No hay ceremonias militares que puedan herir alguna sensibilidad, pero la organización es perfecta, con un locutor que aunque no podemos entender va haciéndonos sentir la emoción de la llegada de la hora. Disparo y empezamos a ver en la pantalla gigante la primera estampida de los corredores que nos preceden. Pocos segundos después ya estamos en marcha. Daniel sale lanzado, según me comentó luego hizo el primer mil (primeros?) a 3:30. Por detrás Blas, Dojo y Carlos salen más o menos agrupados a ese ritmo exigente que han trabajado en tantas sesiones de entrenamiento (4:00 min/km); Christian y yo los vamos siguiendo de cerca pero tomamos un ritmo bastante más prudente (4:15-4:20). Pedro ha decidido no equivocarse en su primer maratón, así que no sigue a nadie e intenta salir a 4:40. La salida es limpia como ninguna, en una Avenida enorme y con la Columna de la Victoria a la vista como primera referencia importante de la ciudad. Allí está el primer km y ya no veo al resto de mis compañeros, voy como en Sevilla, acompañado de Christian. Sé que él tiene más ritmo que yo, le he visto entrenar pero quiero intentar aguantar al máximo junto a él. Vamos pasando los primeros miles y me sorprendo lo fácil que puedo sostener un ritmo de 4:15-4:20, incluso Christian me va avisando que estamos acelerando pero el terreno es favorable, la temperatura fabulosa y las calles están plagadas de gente que se desvive por animarnos, así que seguimos a este ritmo. Tras atravesar un par de puentes la carrera gira y nos dirigimos hacia la Torre de televisión, la antigua parte Comunista (km 10). La adrenalina se libera de nuevo pensando que un poco más adelante están nuestras mujeres preparadas con las cámaras y dispuestas incluso a jugarse el tipo por animarnos. Además, poco antes hay colocada una banda de tambores bajo un puente donde resuena esa percusión con estruendo haciéndonos acelerar el paso. No es de extrañar que esos miles fuesen los más rápidos para mí (en torno a 4:00 min/km).







Entramos en una parte del maratón donde hay ya que ir pensando en aplacar esa euforia y mantener un ritmo más asequible, así que volvemos a 4:20 en un terreno que aunque parece favorable de vez en cuando se va elevando. Pronto vemos con sorpresa que Pedro nos da alcance y lejos de quedarse a nuestro ritmo nos saluda y pasa como el rayo, invitándonos con la mirada a que le sigamos, pero le comento a Christian que yo al menos no me quiero arriesgar. Le llevamos delante, a la vista, pero va distanciándose poco a poco. Poco después, sobre el 20, observo asombrado que Christian empieza a hacer amagos de bajar el ritmo y le veo hacer gestos raros en una pierna. Tras mirar hacia atrás varias veces comprendo que debe tener algún problema físico, así que fijo la mirada adelante y retomo el ritmo de crucero.




Llegamos a la media maratón. Me sorprendo de ver 1:31 en el crono, pero sé que la segunda parte será la que más determinará el tiempo final. Sé que puedo mantenerme con relativa garantía hasta el 28-30 aunque son kms que se empiezan a hacer largos y pesados. Aprieto los dientes y empiezo a tomar geles energéticos, uno cada 5kms (llevo 6 encima) y noto que me van recuperando, aunque la barriga duele. En el avituallamiento del 30 veo a Pedro bebiendo agua (la dan en vasos!) y paso otra vez delante. Las piernas van empezando a dar avisos (el gemelo, el femoral,…) y el ritmo va bajando paulatinamente pero todavía me mantengo en 4:30 con relativa comodidad. Empiezan esas crisis mentales pero esta vez tengo un arma potente, el recuerdo del sufrimiento de mi padre a lo largo de este año de enfermedad. Además la gente no deja de animarnos, leen nuestro nombre en el dorsal y nos llaman y animan en todos los idiomas (Go Victor!, Lauf Victor!, Venga Victor!, ..). Hay también muchas banderas españolas y animación cada vez más frecuente: ese Sweet Home Alabama en directo, esas Cheerleaders haciendo una ola que parecía empujarte hacia meta, ese turco enfundado en una túnica inventando canciones con los nombres y nacionalidades que le gritábamos al pasar, y continuamente los tambores y las palmas, estoy en un sueño.


Llego al 36, esta vez no pienso parar, solo lo hago en un avituallamiento para poder beber un par de vasos de agua enteros sin derramármela encima por una vez. Pasa de nuevo Pedro como un rayo y me grita pero yo ya voy dosificando las escasas fuerzas que me quedan. Se queda unos metros por delante pero esta vez vamos muy cerca. Ahora empiezo a reconocer una parte de la ciudad que habíamos visitado el día anterior, el final se acerca. Empiezo a sufrir calambres en el femoral, un par de pasos cojeando y vuelta a correr, nuestras animadoras estarán ya cerca, en el 40. Alcanzo a Pedro, intento que vayamos juntos pero él va muy acalambrado, a estas alturas del maratón es imposible sincronizar ritmos con nadie. De pronto, una curva, una calle adoquinada y allí están las mujeres, recibo el mejor premio, unas palabras sinceras y cálidas de ánimo de mi mujer que me despiertan de nuevo. Giro al final de la calle donde están ellas y encaro Under den Linden. La vista busca la puerta de Brandeburgo pero con tanta pancarta no se alcanza a ver. Me dejo caer sin apenas bracear, el femoral ha vuelto a dar 2 ó 3 avisos más, sé que no me he ido hidratando lo suficiente y ha hecho calor. Ahí está, puerta de Brandeburgo, ¡que llegada!, ni siquiera me importa el tiempo que llevo, solo quiero disfrutar de esos 300 metros hasta meta, ese momento soñado durante todo el año, voy viviendo cada zancada encontrándole el sentido que antes no le había encontrado a hacer un maratón, ese momento en el que has vencido a la distancia y la gente te aplaude por lo que has hecho.







Cruzo meta y como en mi primer maratón rompo a llorar, he disfrutado este maratón como ninguno y como decía al principio sé que repetiré. Mi tiempo final, 3:09:01, 4:28 min/km de media, mejorando mi marca nada menos que en 10 minutos. Pronto me reúno con Daniel, Dojo y Carlos, que han marcado unos tiempos espectaculares, 2:51 para Daniel, 2:54 Dojo y 3:03 Carlos. Pedro llega pocos segundos detrás de mi. Christian llega en 3:24, el gemelo se le subió y le hizo pararse unas cuantas veces. Nuestro Comandante llega en 3:29. Después de pasar la media maratón en 1:25 tuvo que andar unos kms por culpa de una mala pasada de su estómago pero él, con ese espíritu combativo, decía que lo que más le había dolido era el Honor, que ahora tendrá que volver a Berlín (¡bravo Blas!).








Vamos intercambiando impresiones de la carrera. Daniel está eufórico y recuerda que el día anterior había gente en la calle con un cartel que decía “Free Hugs (Abrazos gratis)”. Va diciéndoselo a los voluntarios y repartiendo abrazos a todo el que puede. Además, después de haber llegado con ese tiempazo me sorprendo viendo que ha tenido el detalle de ir recogiendo del suelo unas esponjas que dieron con la forma de EspongeBob para los niños de todos y había corrido con ellas pegadas a la cintura unos cuantos kms.




Finalmente volvemos al hotel y descansamos un rato antes de salir a comer a ese restaurante giratorio en la torre de la TV de Berlín, disfrutando de unas vistas espectaculares de la ciudad. Pronto se barajarían propuestas para la próxima, que ya está en cartera: LONDRES 2010, ¿se apunta alguien?

martes, 3 de noviembre de 2009

AMIGOS, VUELVO


Eso es, abro este breve tema para deciros que la semana que viene, desde el día 7 hasta el día 15 de noviembre estaré por España; patria querida.

Como os imaginareis después de 4 meses aquí tengo muchas cosas pendientes, y poco tiempo. Pero a lo que no pienso renunciar es a compartir un rato o más con vosotros. Unas tiradas, aunque disculpareis mi pésimo estado de forma y, por supuesto, un buen rato de asueto con unas buenas verdes, cómo echo de menos las 1925. En este aspecto si vengo entrenado.

Por ello lo ideal sería que nos coordinásemos un poco a ver como nos viene bien a los que estemos dispuestos a quedar. Algunos no querrán o no podrán asistir, pero es comprensible. El sábado día 7, si el vuelo no se retrasa habíamos pensado salir de cervezas por la noche ¡quiero tapas! La idea es compartir un rato juntos, cuantos más mejor, como tantas veces hemos hecho y así poder ponernos al día y charlar de lo humano y lo divino. El sitio es igual, el que nos venga bien a todos.

Por otro lado está el tema de entrenar. Sería buena idea hacer una tirada mañanera, me apetece correr por la Alhambra al alba en la compañía del grupo mañanero, lunes martes o miércoles serían buenos días. Pero además, mi último sábado podríamos hacer una tiradilla, sobre 20 Km, ritmo cochinero trotón y después culminar la faena en chandal y con unas birras, que al día siguiente vuelvo a la Pérfida Albión.

Bueno espero que la idea os seduzca y contar con el capital social suficiente para movilizaros, que joder me apetece veros y compartir unos ratos con vosotros.

Sin más, un abrazo y nos vemos la semana que viene.

Antonio (el exiliado)

martes, 27 de octubre de 2009

XV MEDIA MARATÓN DE JAÉN




Una hora, 29 minutos y 55 segundos ha sido la marca cosechada (tiempo real) en mi última participación en competición, concretamente, en la “nuncamáslacorrootravez” XV Media Maratón de Jaén. 25 de octubre de una mañana radiante de sol y como no podía ser de otra forma, cuestas. Que corrimos en Jaén “ni pollas”, mi tierra, la ciudad donde tantas horas de juerga he pasado (iba a decir de entrenamiento, pero mentiría) en mi periplo universitario, hace unos añitos ya.

Pues eso, que allí me planté solito desde Granada, más feliz que nada, como cada vez que voy a una carrera, pues es sinónimo de buen rollo y ambiente mejor. He de puntualizar que si me dicen que fue la media de Almansa, de Teruel o de Villabajo, igual me lo creo, pues la ciudad que encontré fue totalmente nueva y desconocida para mí. Barrios residenciales nuevos y obras, muchas obras, me han dado la bienvenida y me han complicado un pelín el llegar al recinto deportivo de Las Fuentezuelas.

Muchas caras conocidas, menos que otras veces, pero por allí pululan Víctor, Daniel, Blas, Txomin, Rafa, un amigo de mi pueblo que correría los 10 kms, David y un rostro que ya empieza a ser habitual en todos mis desplazamientos atléticos, el de Paco de devorando kilómetros, un crack en todos los sentidos. ¿Me dejo alguno? Si es así, perdonen mi cada vez más embotada y maltrecha memoria, pues debe ser que el contacto masivo diario de mi trabajo con adolescentes gritones, burlones, azarosos y en definitiva, estúpidos, me están perjudicando seriamente.

El tipo de la megafonía nos puso la cabeza cual bombo de semana santa, no paraba de hablar con un deje pesado y cadencioso que hizo que la cuenta atrás para el pistoletazo se hiciera insufrible. Un pequeño coro a mi derecha rezaba “Pega el tiro y cállate la p…. boca”. Pobre hombre, sólo trataba de animarnos, ay que ver qué tiquismiquis somos los “atletas” de vez en cuando. Pues el disparo sonó, pero yo no pasé por la alfombrilla de control del arco de salida hasta casi un minuto más tarde, y no exagero, porque el pelotón de corredores que se arremolinó al comienzo fue de los que hacen historia.

Ya desde el principio mis sensaciones fueron agridulces. Me explico: correría sin referencia alguna, ya que Víctor andaba pachucho con un fuerte resfriado, a Txomin no lo vi a la salida y al resto de animales conocidos no iba a pegarme, así que… a correr por sensaciones, pues no me apetecía en absoluto ponerme a maquinar estrategia alguna. Nada de mirar el crono como un poseso a ver cómo pasaban los miles, a ver cuándo el perfil me da el hachazo… No, ¡a correr, ni pollas! Claro que como dije antes, ya desde el comienzo no iba fino del todo, y es que últimamente no sé qué demonios me ha estado pasando, pues entreno con ilusión, con método y dedicación, con alegría, con mucha planificación y sensatez, sobre todo, pero llega el gran día y la tensión se afloja rápidamente como un flotador de los chinos. Sin motivación ni ganas ni nada de nada.

Empiezas esta bella media maratón y empiezas a serpentear en sentido descendiente, mucho. Habrá calles nuevas, pero sé cómo es esta ciudad generalmente, sé que no nos subirían hasta el centro ni por las calles mágicas de San Ildefonso y las cercanías de la magnífica catedral jienense, pero sé que hay que subir hasta la parte más alta de la Avenida de Andalucía, nuestro Gran Eje de toda la vida. Cuanto más bajes, más subirás. En Jaén no hay otra lógica. Y es cuando un corredor que iba parejo a mí comenta “ahora empieza Jaén, ahora empiezas a correr, ¿ves ahí a lo alto? Pues más lejos tenemos que llegar, hasta el km 10 subiendo y subiendo. Palabras literales. Me las creí, por supuesto, pues en la parte sur del nuevo barrio residencial del Bulevar ya empiezas a ascender. Veo los garitos, cafés y restaurantes donde he pasado, veo a la gente sentadita, tomando café, fumando, con las sillas giradas en dirección a la calle, por donde pasábamos intrépidos los corredores, esos chalados. Parecían parisinos, mirando a la calle, muy finos, con su periódico en el regazo. Palmas y palabras de aliento, poquitas.

Ahí la carrera te coge y no te suelta. Te desmoraliza poco a poco, agachas la cabeza, ves tus pasos torpes, tu sombra, que parece encogerse como tu moral, no quieres mirar más arriba pero acabas haciéndolo. Subes la avenida de Madrid hasta el Corte Inglés y estamos hablando de un desnivel considerable. Defensores acérrimos de esta media dicen que sólo son 400 metros, pero ¿y lo que viene luego? Cuando giras por El Corte Inglés, un pelín de llaneo y vuelta a subir hacia el Gran Eje, algo más de 3 eternos kms de subida progresiva y justo cuando estoy coronando veo a mi padre. El hombre no había buscado otro sitio mejor para ver a su lechón corriendo, devorando el asfalto grácilmente, demostrando vulgarmente su poderío atlético… Me vio encorvado, jadeando como un jabalí herido, vamos, hecho un asco, cuando peor estaba… Lo peor era que había que repetir el recorrido.

En la segunda parte del circuito no tuve más remedio que poner la cabeza al servicio de mis escasas fuerzas. Necesitaría mentalidad ambiciosa, fría y calculadora también. Iba en mis tiempos (sí, acabé mirando el cronómetro), era lo previsto, pero sí que pensé seriamente en abandonar en un momento de debilidad. Pero esa fiera batalla, ese brutal devaneo de mi mente acabó resolviéndose positivamente. Volví al Gran Eje, y cuando vi el cartelito del km 18 me eché al gaznate una ampolla de glucosa y supongo que el placebo de la pringue dulzona me hizo subir como un jamelgo de los buenos. Esta vez mi progenitor había abandonado su puesto vigía para irse a la meta, qué casualidad… En el km 20 me alcanzó un atleta del Club Jáen Clima, que venía dado zapatazos desde unos cuantos metros atrás, se puso a mi vera y saqué toda la mala hostia que tuve dentro para cuando lo vi más asfixiado, esprintar y sacar toda mi raza, entrando en la meta como un coloso. El corazón me lo devolvió dicho corredor un minutillo después. Puesto 94 de la general de casi 1000 corredores, un primer clasificado que hace 1h09’, sacando dos minutos al segundo… hmm, la media no debió ser muy sencillita. Pero aún así, rumié malas sensaciones. Luego cogí “el bolso del corredor”, porque nos dieron un señor bolso deportivo + sudadera + camiseta técnica excelente, tallaje acertado + sudadera + camiseta para el polvo doméstico, no me malinterpreten + cortavientos o chubasquero, según se mire, talle desorbitado + calcetines Luzbel + bolsita de galletas Cuétara + vale por un bocata de chorizo, aparte de fruta, agua, cerveza, isotónica… Vamos, como dice Paco, vestido para todo el año.

En fin, que retiro lo de que no la correré más, que nunca se sabe. Organización muy buena, para una media que va creciendo poco a poco. Daniel I el Grande hizo 1h 22’, y, sinceramente, no se me ocurre nada en este momento para describir su gesta. Quizá sólo que entró en el puesto 26 de la general. Ahí queda eso. Su comandante Blas Navarrete hizo 1h 28’, tenía los ojos inyectados en sangre, visualizando los próximos entrenos y barruntando posibles marcas futuras en Córdoba ( Blas cuenta conmigo para tiradas dominicales, tengo que morir o vencer), Txomin, superfuerte, hizo 1h32, si no me equivoco y está que se sale, pues sabe perfectamente que en una media “normal” habría restado al menos 4 minutos. Paco, sin entrenar, con el Aquiles tocado, por dar un paseo, bla, bla, bla,… 1h 34’, vaya paseos te metes, Paco.

Termino el ladrillazo de crónica diciendo que esta carrera ha sido el punto de inflexión para esta temporada en lo personal. Me ha dejado un noséqué de energía y mala leche que voy a emplear entrenando a muerte y con más alegría si cabe. El lunes rodé fenomenal y hoy hice series y tengo un hambre voraz de que llegue Córdoba. ¡Ah! Y pertenezco formalmente al C.A. MURGIVERDE de El Ejido, vamos, al Chino-Chano, pero ese es otro capítulo.