Obró el milagro. Otra vez. Por segundo año consecutivo, el castillo de Moclín fue intimidado, asediado, tomado y firmemente conquistado. El punto de partida fue el mismo, el Polideportivo de Pinos Puente, además, en vísperas inmediatas de un partido de fútbol, no sabemos si de categoría absoluta o infantil, cadete, o vaya usted a saber. Como un auténtico reloj suizo, allí saboreaba su café nuestro amigo Txomin cuando algo más tarde de las 9.20 de este espléndido domingo Antonio y servidor nos personábamos en el ya habitual “meeting point”, el restaurante La Cruz De Granada. 3 íbamos a ser los intrépidos valientes que surcaran las tierras que separan Pinos Puente de la pequeña localidad –casi villa- de Moclín, sin olvidarnos de la singular Tiena, que en sus inicios nos obsequiaría con una colosal cuesta, que a la postre sería la antesala de la excelsa ascensión hasta la casa del Cristo del Paño. El resto de nuestros amigos, debido a diversas vicisitudes, no pudo acudir a esta ya mítica cita navideña.
Sería duro, difícil, casi épico… pero se barruntaba que el colofón final bien merecía un sufrido esfuerzo. De hecho, al principio, mientras apurábamos nuestros cafés, se comentaba abiertamente que había inquietud, temor, implorábamos respeto. El miedo a lo desconocido, algunos; el miedo al mal bien conocido, otros. La logística, pues, viendo la asistencia de corredores, sería bien simple. Dos coches irían a Moclín, uno se quedaría y tres tipos temerarios empezarían a correr una ruta que según mi no muy preciso recuerdo del año anterior, nos llevaría alrededor de una hora y veinte minutos, unos 16 kms en total. Y lo clavamos.
Antes de empezar, cuando conducíamos, el camino parecía interminable, con sinuosas curvas y un firme deteriorado y embarrado que poco contribuía al optimismo. Pero es cuando se puede divisar el castillo en nuestros horizontes cuando se puede comprender genuinamente la dimensión de tamaña empresa. Hasta ahí habría que correr, hasta ahí habría que subir. Y se subió. Y hasta se cantó el Himno de Ingenieros, ya imaginaréis por parte de quién. Pero cuidado, que la actuación se hizo a dueto, por momentos bastante bien coordinado. Txomin volvió a hacer alarde de su extraordinario momento físico y mental y acompañó al singular Antonio en sus conversaciones, cantos y proclamas bélicas, cuando fueron precisas. Y lo hicieron en el momento álgido, cuando más se subía, cuando los pulmones y el corazón pedían clemencia, cuando aun a sabiendas de lo anterior, nos restaban aún unos 3 kms para concluir nuestra particular odisea.
Llegamos victoriosos, eufóricos, como se esperaba. Una gran congregación de fieles feligreses acompañaba a este Cristo del Paño en esta cita dominical, algunos miraban con rostros de sorpresa, otros con indiferencia, pero de nuestra heroidicidad queda testimonio en las siguientes instantáneas que tomamos desde la cima. Poned vosotros los adjetivos que estiméis adecuados, pero la sensación de coronar el castillo de este pueblecito sólo puede ser definida correctamente si se experimente dicha ascensión. Y es una maravilla de la que un año más he sido partícipe. Y me alegro.
Sería duro, difícil, casi épico… pero se barruntaba que el colofón final bien merecía un sufrido esfuerzo. De hecho, al principio, mientras apurábamos nuestros cafés, se comentaba abiertamente que había inquietud, temor, implorábamos respeto. El miedo a lo desconocido, algunos; el miedo al mal bien conocido, otros. La logística, pues, viendo la asistencia de corredores, sería bien simple. Dos coches irían a Moclín, uno se quedaría y tres tipos temerarios empezarían a correr una ruta que según mi no muy preciso recuerdo del año anterior, nos llevaría alrededor de una hora y veinte minutos, unos 16 kms en total. Y lo clavamos.
Antes de empezar, cuando conducíamos, el camino parecía interminable, con sinuosas curvas y un firme deteriorado y embarrado que poco contribuía al optimismo. Pero es cuando se puede divisar el castillo en nuestros horizontes cuando se puede comprender genuinamente la dimensión de tamaña empresa. Hasta ahí habría que correr, hasta ahí habría que subir. Y se subió. Y hasta se cantó el Himno de Ingenieros, ya imaginaréis por parte de quién. Pero cuidado, que la actuación se hizo a dueto, por momentos bastante bien coordinado. Txomin volvió a hacer alarde de su extraordinario momento físico y mental y acompañó al singular Antonio en sus conversaciones, cantos y proclamas bélicas, cuando fueron precisas. Y lo hicieron en el momento álgido, cuando más se subía, cuando los pulmones y el corazón pedían clemencia, cuando aun a sabiendas de lo anterior, nos restaban aún unos 3 kms para concluir nuestra particular odisea.
Llegamos victoriosos, eufóricos, como se esperaba. Una gran congregación de fieles feligreses acompañaba a este Cristo del Paño en esta cita dominical, algunos miraban con rostros de sorpresa, otros con indiferencia, pero de nuestra heroidicidad queda testimonio en las siguientes instantáneas que tomamos desde la cima. Poned vosotros los adjetivos que estiméis adecuados, pero la sensación de coronar el castillo de este pueblecito sólo puede ser definida correctamente si se experimente dicha ascensión. Y es una maravilla de la que un año más he sido partícipe. Y me alegro.
19 comentarios:
Así fue Javi, con esas mismas palabras y sensaciones. Esta vez era mi primera vez; en año pasado me tuve que quedar en Tiena.
Pero este año estaba dispuesto a quitarme la espinita; y así lo hemos hecho. La mañana fue perfecta: el clima, poco tráfico, la compañía, el ritmo, la camaradería -de la que surgieron los cantos que comentas.
Hoy tengo el cuerpo un poco afectado pero no por correr, sino de lo que vino (y mucho vino) después. Benditos terceros, cuartos y quintos tiempos.
Es un placer correr en parajes tan motivantes y con tan buenos corredores. Además clavamos el tiempo de año pasado.
Mañana, entre las 6-6:30, según nos convenga, reedición del grupo mañanero. Subida al llano.
Un abrazo y gracias por tu crónica
Con respeto, con mucho respeto afrontaba la subida a Moclín. Respeto que se convirtió en miedo, en mucho miedo cuando lo pude observar en directo mientras calcábamos el recorrido para dejar los coches. Madre mía, menudas cuestas. Pero una vez iniciada la marcha, a un ritmo constante y sostenido, fuimos subiendo como hormiguitas hasta llegar a lo más alto. Jornada fantástica, frío pero soleado día, excelente compañía y un reto superado. Saludos
Que envidia chicos. Como me hubiera gustado compartir con vosotros esa subida que tanto disfruté el año pasado pero bueno las circunstancias mandaban.
La que no me pierdo es la madrugá de mañana que aunque este un poco bajo de forma me hace falta subir esa cuesta para quemar polvorones, turrones, mazapanes, panes de Cádiz, hojaldrinas, solomillos,....joer que empacho.
Un saludo.
FELIZ AÑO.... la próxima vez a subir a moclin por la calzada romana, mas corto mas desnivel.
Madrugá mañana? falta me hace pero prefiero seis y media pero en plan polvorón, estamos afectados.
José (oliver) me ha dicho que más tarde de las 6:15 no le vendría bien. Así que podemos hacer un esfuerzo para poder asistir mientras más mejor.
A ver que os parece
Antonio por mi no hay problema con la hora, me adapto a la que sea.
En cuanto al ritmo, ¡ay el ritmo!, que sea el que sea y ya haremos lo que podamos.
Un saludo.
Por mí, a la hora que digáis. Me adapto. Txomin, como acudirás, jeje, 5 minutos más tarde de la hora que acordemos espérate enfrente de la Clínica Inmaculada. Por allí verás pasar a una banda de chalados en zapatillas.
seis y media por reyes catolicos granvia? si no llego pues lo de siempre, ya me pillareis bajando.
Ok se confirma entonces la tirada de mañana. 6:15 en el parque, 6:20 en la esquina de la Inmaculada, donde se uno Txomin, 6:30 en correos donde se nos unirán Nacho y Mario.
Hasta mañana.
Javi, me tocó trabajar pero me acordé unas cuantas veces de esa mítica tirada de Moclín, aunque por lo que contáis me hubiérais llevado con la lengua fuera... pero la verdad que llegar allí es una sensación de conquista... otra vez será. Mañana la madrugá y el domingo empiezan los entrenamientos para maratón de Londres con Blas, a empezar a afinarse!.
Un saludo
Lo de hoy ya no se puede comenzar a contar con "esta mañana X valientes....." Esto sería una seria afrenta para la valentía como concepto. Esta mañana siete chalados, siete descerebrados, siete no se qué más decir, han subido a la silla del moro, con la que estaba callendo, que no era poco.
Además para mas inri, hemos marcado uno de los mejores tiempos de todos. No ha habido piedad ni subiendo, ni al principio y por supuesto ni en el Genil ya de vuelta.
Pero qué deciros amigos, las sensaciones, el olor a lluvia, el agua en la cara, la compañía, las vistas. Para terminar un buen café que nos ha calentado el cuerpo, a la vez que surgían planes atléticos para este año. Promete ser interesante.
Un abrazo, mañana vuelvo a la Pérfida, pero ya mismo estoy aquí dispuesto a dar la matraca.
La verdad es que no hay adjetivo válido para lo de hoy. Cruzar la urbe con la manta de agua que caía, sorteando charcos por todos lados, haciendo cambios de ritmo... Qué barbaridad. Menos mal que ni me planteé no acudir, a pesar del tiempo.
Desde luego que lo de esta mañana no tenía nombre y menos mal que como ha dicho Javi no se me pasó en ningún momento el no acudir a la cita pese a escuchar la lluvia desde el calorcito de la cama.
Días como estos son los que te hacen amar las madrugás.
Un saludo.
Nueva edición matutina. Esta vez Onio y yo hemos desafiado a la lluvia, que a las 5.30 caía sin clemencia alguna. Pero como si de un milagro se tratase, en la hora y 12 minutos que hemos empleado en nuestro recorrido, ni una gota nos ha caído encima.
Increíble.
1:11 eso es un tiempazo, vaya el listón está alto.
Yo no sé cuando podré volver a correr por aquí, al menos hasta que no se vaya la nieve de las calles. Todo muy bonito y blanco, pero peligroso.
Un saludo desde la Pérfida
La verdad Antonio es que me quede sorprendido al mirar el crono cuando paramos y es que cuando estábamos subiendo por el Barranco iba bastante jodido y no pude coger resuello hasta que pasamos el cementerio árabe pero claro, después cuando miras el tiempo lo entiendes todo.
El caso es que hicimos una subida muy constante sin pegar tirones salvo el apretón final al llegar al Genil que si no lo hacemos es como si no hubiésemos corrido.
Un saludo y no se te ocurra subir por otra placa de hielo sin coraza.
Para la aventura de hoy no hay palabras que lo revelen. Sólo os diré que esperaremos a que Víctor reciba las fotos hechas con la cámara de Dani "Dojo" y las cuelgue en el blog, para así haceros partícipes de esta experiencia blanca dominical.
En segundo lugar, dar desde aquí mi enhorabuena al amigo Txomin, que, -como vaticiné sabiamente, jeje- ha hecho 1h 25' en la media maratón de Lorca. ¡Bravo!
Enhorabuena Txomin, 1 hora 25 minutos, eso es un tiempazo. Estás es un estado de forma magnífico.
Pues sí Javi, clavaste tu predicción y eso que a mi me parecía mucho.
Estoy impaciente por ver esas fotos.
La segunda toma del Castillo ya deja de ser milagro. Atesoráis una gran forma física amigos.
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