Estoy pesimista y tengo motivos para ello. No. No vengáis con las esperadas palabras
"Venga, acabaste un maratón, hizo mucha calor, al menos no abandonaste, eres un campeón..." Lo vivido el pasado domingo ha marcado un antes y un después en mi yo corredor, os lo aseguro. Después de mucho pensar y sopesar a priori y a posteriori, llego a la implacable conclusión de que no merece la pena. Para mí, por supuesto, siempre en mi opinión. No merece la pena exponerse a tamaña barbaridad, a ese sometimiento físico, mental y espiritual que supone para mí enfrentarme a un maratón.
Por sms nos pedía Abel que diésemos detalles de nuestra proeza y tal y como le respondí, no hay tal proeza cuando una carrera te arrebata la dignidad, el orgullo, el coraje y hasta la más ínfima esperanza que pudiese albergar. Todo ello lo perdí por el duro y abrasador asfalto madrileño. Mil veces me mató, otras tantas me derribó al suelo (esto, lamentablemente, es literal) y como también le respondí en el mensaje, el calor sólo aderezó la cruel derrota.
Fue horrible. Poco queda de belleza en mi retina. No pude ni disfrutar del paisaje, cuando vas sin alma estás hasta ciego y sólo pareces un mísero espectro deambulando por las dantescas rampas de Madrid. Partí feliz, sin miedo, aunque con respeto, a sabiendas de que mi forma era más bien justita, vista al frente, kilómetros devorados... El estómago. Empezó a dolerme a cada trago de agua. Una puñalada en el centro a cada zancada. En el 25 empecé a morir. Hasta el 32...
¿qué sucedió? Como una ensoñación sólo puedo recordar vómitos, temblores, un árbol bajo el que me cobijé, caminar, vuelta a correr, caminar de nuevo... una eternidad, el infierno en la Casa de Campo. Toni Lastra afirma en su
Columna de Andrópolis que un maratón se corre solo, solo pero en multitud. No es verdad, lamento contradecir al gran valenciano, porque a pesar de mi miseria, todos los compañeros te apoyan, te animan, te alientan, te aconsejan... Sólo ese sentimiento de pertenencia a este grupo de majaderos me hizo llorar por aquellos lares.
Ya a esas alturas por supuesto no sabía qué hacer, llamar a Nuria, decirle que iba a abandonar, que no llegaría a tiempo... No sé, volvi a exhalar un débil grito diciendo "ya no puedo más, aquí me quedo", pero no lo escuché ni yo. El fantasma siguió corriendo (o lo que sea eso) y recuerdo un zumbido en el oido derecho, mucha presión en la cabeza y... ¡zas! al suelo. Un dolor jamás antes experimentado me invadió en ambos femorales. Grité, me asusté. Ah, calambres, bienvenidos. Unos extraños en patines me aplicaron algún ungüento milagroso, me masajearon y el espectro volvió a deambular en frente del Vicente Calderón, sinónimo inequívoco de sufrimiento.
Supongo que no es necesario decir que el reloj había dejado de mirarlo hacía más de dos horas. No necesitas reloj para visitar el infierno, cuando sospechas que el Retiro se acerca sólo queda agachar la cabeza y pedir perdón a los voluntarios, a las bandas de música, a tus amigos, compañeros y familiares que te han acompañado y que de algún u otro modo están por allí. Cruzar la meta ya no me produjo sensación alguna. Me desplomé cien metros más adelante y no sé si dormí o morí un poco más. Mis recuerdos son más que vagos. Casi creo que no estuve allí.
Hoy, a dos días de lo que aquello fuese, estoy roto. Tengo un ojo rojo (infección subconjuntival debida al esfuerzo y el calor), las piernas destrozadas y las entrañas fuera de su sitio. Pero lo peor de todo es que no tengo alma. La perdí durante cuatro horas en un maratón que, efectivamente, no deja indiferente a nadie.
Tiempo de reflexionar, de cambiar el chip, de disfrutar. Un hombre sabio y curtido me dijo al verme tirado apoyado contra una valla: "No tienes que correr maratones, coño, disfruta, me jode verte así". Algo que pienso llevar a cabo: lo de un maratón al año se acabó.
Chicos, siento el tono gris de la crónica, no pretendo desanimar a nadie. Espero que el resto de compañeros pongan la contracrónica, que seguro es más optimista, en especial la de los londinenses. En cuanto tenga soporte gráfico aportaremos fotos.
28 comentarios:
Es lo terrible del maratón, que cuando menos te lo esperas te pega el hachazo.
Hay un correr en el que se sufre pero ese sufrir es placentero. Y hay un correr en que el sufrimiento se convierte en dolor. Ese último no debe de interesarnos.
Javi, has visto el lado oscuro de este deporte; ahora tendrás tiempo más que suficiente para ver el lado agradable, ese que te permitirá disfrutar e integrar este noble deporte en tu vida como un todo (creo que ahora yo estoy en esa fase).
Saludos y ánimo.
ni epeopeya ni tragedia... un pajaron en toda regla nada mas
Admiro tu valentía y coraje por lograr acabar la prueba en esas condiciones tan duras. Eso de por sí ya es un logro.
Estas malas experiencias es mejor verlas con algo de perspectiva, que ahora lógicamente no tienes.
Además, como recoge el dicho: "lo que no te mata, te hace más fuerte"....jejeje
Disfruta del correr, MAPOMA ya está en la mochila, y ahora a pensar en reponerse y recuperar la ilusión por seguir en la brecha.
Saludos!!
Coño Javi tu crónica me deja frío.
Al final de la carrera te vi bastante tocado pero no imaginaba tanto sufrimiento.
Ahora bien, aunque suene a tópico tuviste el coraje de terminar que yo siempre he pensado que el que llega primero tiene mérito pero el que llega el último tiene muchísimo mas.
Pero como bien dices tienes que valorar si merece la pena tanto sufrimiento aunque como bien sabes hemos elegido el deporte mas ingrato entre los ingratos.
Ahora recupérate, vuelve a trotar cuando tengas ganas y estoy seguro que las ganas de afrontar retos volverán.
Un saludo y a cuidarse amigo.
Javi mucho ánimo. No te puedo decir nada más que eso. Es un deporte muy duro y no todos los días se siente uno igual ni se tiene el mismo ánimo ni las mismas fuerzas. No desesperes. Piensa que habrá días mejores, y si lo que deseas es poder disfurtar de este deporte sin tanto sufriento, bienvenido al club. A mí me paso igual después de correr en Sevilla, dada mi fisonomía no me puedo permitir tanto desgaste, me pasó factura y aún la sigo pagando , por lo que he optado por diversificar en varios deportes que me gustan por igual.
Un abrazo y lo dicho, mucho ánimo.
Javi Ruiz
Javi animo makina! por eso cuando un maraton te sale bien es tan grande! es la grandeza de la "fiesta" muerte o triunfo...y tu tienes qeu ser triunfador, animo!!
Javi,
...enhorabuena...por la cronica, buenisima, se vive la tragedia leyéndola. El maratón tiene dos lecturas, la que tú haces y precisamente por ese sufrimiento la que lo hace épico. Esa se asimila más adelante, en tu caso cuando termines uno sin sufrir tanto quizá.
Yo sufrí el mazazo también en el 30 en Londres, cuando iba muy ligero de piernas y toda la maquinaria perfecta. De ir a 4:15 el mil a bajar a 5:15 de un km al siguiente. Iba para hacer mi marca pero sucumbí igual que tú, recuerdos vagos de la carrera y tuve incluso que parar por una sensación de navajazo en el femoral en el km 40. Terminé con buen tiempo dentro de lo que cabe (3:16), pero las mismas sensaciones que tú describes, no quiero pensar en maratones por el momento, aunque sé que repetiré... y tu tambien. El resto de la expedición unos máquinas, ya os contaré.
Manolo, Abel, gracias por vuestros animos en la anterior entrada, no me dio tiempo a comentar...
Un abrazo
javi espero no haber sido muy seco, pero asi me lo has hecho ver...es como una mala borrachera.
Javi, tú que eres un tipo versado sabes que los tópicos son tópicos por algo: porque encierran verdades como puños.
Y sí. Has terminado, padeciendo lo peor del horror del maratón.
Y así lo terminarás viendo.
Yo, que estoy tan despegado de Las Verdes, de los amigos, los entrenos, soy el que menos puede decirte nada. Sólo intentar animarte en la medida de lo posible y que pienses que de lo bueno de haber estado en el infierno es que ya lo conoces y estás ahí para contarlo.
Un abrazo.
Hasta ahora sólo has conocido la cara amarga del martaón y es normal que eso te haga replantearte futuras participacines. Pero el maraton es a correr lo que el infierno a la cristiandad. Lo dota de sentido. Al final sabemos que tarde o temprano estaremos en la linea de salida de un nuevo maratón.
Yo no puedo ni imaginar lo que sufristes. Hasta ahora ha sido el maratón que más he sufrido y mi pena comenzó en el 38. No quiero ni imaginar lo que sufristes tú.
Yo también me prometí que no volvía nunca más. Pero sé que esto tiene la misma alidez que, como decía Onio, el: mañana no bebo.
Un abrazo y gracias por esa crónica
Amigo Javi, vi a Antonio y pregunté por ustedes. A pesar de lo que dices, debo de felicitarte, terminar un maratón siempre es un éxito y te lo digo yo, con 12 entre 3h6 en Madrid y 4h35´también en los madriles.
Si fuera fácil correr un maratón, perdería todo su encanto. Ánimos y ya verás como de aquí a nada dices SI A UN MARATÓN ANUAL Y DOS SI HACE FALTA!!!!! Un abrazo Crack
Javi, enhorabuena por tu crónica, te puedo decir que me ha impresionado mucho, explicas con tanta crudeza y realismo lo que sufriste, que realmente me parece una crónica que puede servir para abrir un debate que todos deberíamos plantearnos, como simples aficionados a este deporte, las locuras que acabamos haciendo.
Enhorabuena y ánimo
De todas formas, no hay que dramatizar. Javi tuvo y mal día, hizo calor y el trazado fue duro, pero a pesar de todo hay que reivindicar el maratón como algo que nos debemos plantear hacer los corredores en alguna ocasión. He corrido dos y sí, en el primero llegué a sentir pánico por las malas sensaciones, dolores por doquier, calambres, miedo psicológico tras el muro...pero en el segundo supe controlar todo eso y terminé sin demasiados problemas, con la sensación de que debí arriesgar más. Hay mucha psicología en esta distancia.
Por tanto, hay que tratar con el máximo respeto a esta prueba, pero también con la grandeza de saber que será en los 42 kms. cuando verdaderamente nos sentiremos corredores. NO, no podemos, no debemos, renunciar al maratón.
Mi respeto y admiración. Ya eres un Filípides en toda regla.
Hola Javi, me he pasado por aquí tal como me decías en el blog. Lo que describes es justo lo que pasé yo en mayor o menor medida. Pero hay decenas de relatos similares en los blogs. Busca Corriendocontigo (blog de Risco) o V-Runner (blog de victor), exactamente lo mismo. A unos nos dió más fuerte que a otros, pero a todos entre los kms 25 y 27, clavado. La elevación de la temperatura corporal es demoledora. Yo tuve calambres en los isquios y unas extrañas cosquillas en el estómago que nunca había pasado. Dios quiso que no pasara nada ese día.
Pero anímate, la maratón ha impuesto su ley esya vez, has aprendido una importante lección, pero no te rindas. Yo tengo muchísimas ganas de revancha y en Octubre atacaré otra maratón. No todas son iguales, no te quedes con mal sabor, esta ha sido especialmente criminal.
Aprovecho para fichar el blog.
Muchas gracias por la visita, Gonzalo. De veras que tu relato me ha ayudado mucho. Bienvenido.
Gracias a todos, amigos, por vuestros mensajes de ánimo.
Buenas Javi, he llegado a tu blog a través de otros colegas. Me estremece tu crónica y a la vez la hago mía. Te entiendo perfectamente. He sentido lo mismo que tú en dos ocasiones y pese a que todo el mundo te dice que es una proeza acabar uno sabe que algo se quedó en el camino. He sentido casi todo lo que cuentas (por suerte no me caí) y llegué a meta pensando que había defraudado a todo el mundo además de a mí mismo. Hace cinco días de aquello. Ya estoy pensando en el siguiente. Es cierto que no merece la pena correr de esa manera pero hay otras formas de hacerlo, te lo aseguro. No se puede correr esa distancia sin sufrir pero se puede hacer sin desfallecer. Te espero el año que viene ;·). Un saludo y ahora a recomponerse.
Animo Javi:
Este era mi segundo maraton y ha sido especialemnte duro, pero viendo el panorama general creo que las sensaciones han sido igual de malas para todos. Solo piensa una cosa: has vencido al "temible" maraton, aliado esta vez con los "malvados" calor y recorrido extremo.
Eso es una victoria superlativa. Ya lo veras de esta forma mas adelante.
Enhorabuena, y a recuperarse.
Luis.
Germán y Trevenque, muchas gracias por vuestras palabras. La verdad es que se agradecen y ayuda, aunque sea algo vil, ver que no fui el único que padeció aquel infierno. Nos gusta esto, qué le vamos a hacer, no tenemos remedio y en cuanto me recupere ya estaré haciendo planes de carreras, como siempre. Para empezar, ya mañana empiezo a trotar,.
Un saludo
Hola Javi,... no seas tan negativo, hombe. Símplemente te dio una pájara, muy probablemente por una mala hidratación (de ahí las rampas). Si el maratón no fuera difícil, probablemente no existiría porque ningún tonto perdería el tiempo corriendo 2, 3 o 4 horas (por ejemplo, no hay una prueba deportiva que sea estar tirado en el sofá viendo la tele...). Si el maratón fuera fácil, cualquier persona sin entrenar lo haría. Y no lo dudes, TUS PALABRAS, TRÁGICAS, ENGRANDECEN AUN MÁS EL MARATHON, Y POR SUPUESTO A TODOS LOS MARATONIANOS. Ya te digo (y sino acuérdate), que dentro de 2 meses estarás deseando volver al maratón !!!.
Sampietro
Sampietro, no sé si en dos meses, pero ya he empezado pensando en la planificación de la nueva temporada: retos, planes de entrenamientos, marcas a batir, ciudades objetivo...
El maratón puede esperar.
Hola Javi, soy Jacky, una mamá de Girona de 3 soletes, Paula de 7 años, Jan de 5 y Pol de 18 meses. My gran sueño es correr un maratón (algún día). Un amigo me ha enviado el link a tu blog. Me sabe mal que lo pasaras tan mal, ya he avisado a mi amigo que lea lo que lea, yo lo intentaré (en su día, claro) y que después podré opinar. Creo que eres un campeón en toda regla y tambien creo que es muy sabio que hayas decidido (que ya veremos, al igual dentro de un tiempo te entra el gusanillo... ojalá!) disfrutar y no sufrir... nuestro deporte es para disfrutar, en eso estoy al 100% de acuerdo. Habrá días mejores y otros peores pero, pregunto, no es eso la vida misma????
Ánimos campeón y de pedir perdón, yo creo que NADA de NADA... con la cabeza bien alta. Piensa que a mi me gustaría estar en tu sitio y poder decir que he corrido un maratón. Espero que llegue el día y enviarte la crónica, sea dulce o amarga!
Un saludo y más ánimos,
Jacky
Jacky, muchas gracias por tus ánimos. Ten clara una cosa: ¡tienes que correr no un maratón, sino muchos! Por supuesto que no quiero desanimar a nadie, yo tuve el peor de los días y cuando te salen tan mal, después de largos meses de entrenos y sacrificio, es lógico que todo parezca sin sentido.
Pero es más, reflexiones sobre este estado de amor/odio con el correr las plasma extraordinariamente Haruki Murakami en su "De qué hablo cuando hablo de correr" que recomiendo encarecidamente a cualquiera que corra. Contiene la esencia del corredor de fondo.
La ilusión ha vuelto a mí, está intacta, si no más grande, y ya tengo retos en mente (el gusanillo).
Gracias a ti y a tu amigo por pasarte el link!
Hola Javi. He caído aqui revisando otros blogs y tu crónica me ha parecido... Bueno, no tengo palabras.
Solemos estar acostumbrados a oir siempre cosas más o menos buenas de este deporte del que tanto disfrutamos (a veces) y un relato como el tuyo llama mucho la atención.
De verdad y de corazón espero te recuperes de tan magno esfuerzo y puedas volver a disfrutar.
Yo siempre me digo a mi mismo: lo que no te mata, te hace más fuerte.
Animo!
Hola Javi,
Soy un corredor más y quería decirte que tu crónica resulta escalofriante de lo bien escrita que está. De hecho se está convirtiendo en un pequeño best-seller de la blogosfera runner.
Halagos literarios aparte, sinceramente, ¿no nos estamos pasando un poco (yo el primero)? Probablemente tuviste un mal día, fisiológicamente hablando (mala hidratación, problemas de absorción, vete tu a saber...) o quizá te planteaste una meta que aún era demasiado ambiciosa. De ahí a apostar la autoestima o la dignidad por ello va un trecho.
Hace poco un compañero me decía "yo no quiero hacer más heroicidades, quiero llegar a 70 años y seguir corriendo".
Hacemos esto por salud y por placer, ¿no? Pues entonces no es obligatorio correr un maratón, ni sacrificar el tiempo y el esfuerzo que requiere prepararlo. Y si decidimos enfrentarnos a una distancia tan dura, lo más sensato será hacerlo poniendo primero a salvo nuestra salud física y mental.
De veras espero que vuelvas a correr un maratón y que te sientas orgulloso de ello.
Salud y Deporte,
César
Oscar, José César, gracias también por vuestra visita y palabras. Efectivamente, lo que no te mata te hace más fuerte y desde luego que esto no me va a matar. Ya estamos arriba, con la vista al frente y con ánimos para afrontar retos venideros.
Repito que mi intención jamás fue desanimar a nadie, sino que solamente saqué lo que llevaba dentro. Un sufrimiento tan enorme que desvirtuó mi horizonte, sin duda. Pero estas son las cosas que te hacen amar este deporte, por contradictorio que parezca. Además se aprende con estas lecciones. Esto me hará mejor corredor y me conoceré aún mejor.
Un saludo
Vaya crónica.
Lo que tienes que pensar ahora es entrenar mas y mejor y en vez de una maratón al año, correr dos.
Ya verás como la proxima la haces sin ningún tipo de problema.
Animo.
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