No llevo más que un año en esto de las carreras populares y, en la mayoría de ellas, sólo he estado concentrado en terminar, en llegar a la meta, cuanto antes mejor, por supuesto.
Fue curioso. Corriendo, recordé el célebre poema de Kavafis:
“Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
(...)
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.”
Quizá sea que, apretando los dientes, no me llegaba suficiente oxígeno al cerebro, pero el día qué más rápido corría fue, precisamente, cuando más disfruté del transcurrir de los kilómetros, sin obsesionarme por llegar al final de la carrera. Después, al terminar, decían los amigos de Las Verdes que se me veía exultante. Y era verdad. Por haber hecho un buen tiempo, por supuesto, pero, sobre todo, por haber disfrutado de esas sensaciones liberadoras durante la carrera.
No se trataba de ir mirando el paisaje o de recibir el aliento del público, que también. Se trataba de disfrutar con cada zancada, con cada respiración, con cada braceo de las manos. Esos kilómetros me sirvieron para recordar el gozoso Carpe Diem que la vida, tantas veces, nos obliga a olvidar.
Tendemos a trazar metas lejanas y ambiciosas, lo que está muy bien. Pero nos empeñamos en alcanzarlas demasiado pronto, demasiado rápido. Nos obcecamos y, sin sentido, vamos quemando etapas, sin disfrutar de las enormes posibilidades que las mismas nos ofrecen.
Cuando escribo estas líneas, me duelen todos los músculos de las piernas. Y, sin embargo, sólo tengo ganas de salir a trotar, de volver a sentir la tierra bajo los pies, respirar el aire de los caminos y disfrutar de la libertad de nuestros movimientos.
Siempre me gustó el célebre aforismo chino: “Hasta el viaje más largo comienza con un primer paso”. Ese primer paso adquiere, obviamente, una trascendental importancia. Pero, a partir de ahí, hay que concentrarse en el segundo, el tercero, el cuarto... disfrutando de todos y cada uno de ellos.
Es curioso. El día que más rápido corría, pensaba en disfrutar de la lentitud y la parsimonia de la vida. Y, paradójicamente, cuando flaqueaba, la leyenda “Buen día Caracol” me dio alas en la carrera. El caracol, símbolo del Slow Travel, del viaje tranquilo y gozoso. Que no monótono o aburrido. Muy al contrario, son la aceleración, las prisas y las velocidades excesivas las que nos hacen perdernos lo mejor de la vida.
Por eso, creo, ahora estoy preparado para afrontar la preparación de un Maratón, la prueba más dura, difícil y exigente del atletismo, modalidades extremas aparte. Tras llevar muchos años trotando como un jamelgo y habiendo atesorado una rica experiencia en diez miles y medias maratones, estoy dispuesto para el compromiso con los requerimientos de la reina de las carreras, la más complicada, la que exige mayores sacrificios, la que hace, definitivamente, que te consagres como corredor. Sin prisas, pero sin pausas, el idilio con el Maratón acaba de empezar.
De momento, no sé cómo resultará esta relación, en qué terminará desembocando. No sé si seré capaz de cumplir con sus exigencias y me dará todas esas satisfacciones que promete. Quizá, finalmente, puede terminar por darme calabazas, alejándome de su influjo.
Pero, en cualquier caso... ¡allá vamos! El camino está claro, la decisión tomada y la hoja de ruta, definitivamente trazada. Camino de ida. Sin vuelta atrás. Como decía Abraham Lincoln: “Voy despacio, pero jamás desando lo andado”.
Jesús Lens Espinosa de los Monteros.
http://pateando-el-mundo.blogspot.com/
26 comentarios:
Me ha encantado. Decir más es estropearlo.
Gracias
Sembrado, como de costumbre. No es palabrería. Lo sabes.
Con riesgo de estropearlo (como dice Antonio), resaltar la curiosa metáfora del viaje a Ítaca en una carrera, en la que se supone que has de ir lo más rápido que puedas. Si es que eso es correr: sentir que se va rápido pero que aún queda... Es la tarea del corredor, sin duda.
Yo trascendería tu paradoja aún más: a días completos de entrenos; ir sumando, poco a poco, mejorando, unos días mejor, otros, peor, pero a sabiendas que el trayecto es largo, es más, no se divisa el final.
Pues eso, hoy series de 1000 (siento contarlo), muy bien hechas y con buenos parciales. Pero Ítaca queda lejos...
saludos y enhorabuena!!!
Jesus estas que te sales corriendo y escribiendo!!
te has salido jesús, me pongo en pie y aplaudo... que ma gustao.
Amigos, muchas gracias por vuestras palabras. La entrada tiene muchos sentidos y me alegro de haberla escrito casi, casi en caliente, que ahora no sé qué escribiría sobre todo ello.
Pero sí. Febrero está ahí...
Jesus, entre esta entrada y tu sigerencias del Ideal sobre Jazz del otro dia, yo lo flipo, como te pongas a correr igual que escribes, no va haber un Dios que te alcance.
Ya sabes, Sevilla esta ya a la vuelta de la esquina y estamos yo creo ya unos cuantos para el desembarco VERDE.
Por otra parte os comento que ya tengo dorsal para MM CORDOBA, voy con los "neuyorkinos", a saber como me van a poner las piernas los dos individuos.
Estamos en contacto.
Saludos
Daniel.
AAAHHH POR SI ALGUIEN SE APUNTA, MAÑANA MIERCOLES 6,30AM EN LA PUERTA DE URENDE, SUBIDA Y BAJADA AL LLANO.
Alter, escribiendo así no hay lugar para el fracaso en el Maratón. Lo dominarás como dominas las palabras.
Ya sabes compañero, siempre es "Camino de ida" tal y como decía Carlos Salem y si en mitad del camino hay miseria, que no se note. Acabaremos juntos, eso tenlo por seguro. Lo prometido es deuda.
Javi Ruiz
P.D.: Eso sí, tendremos que ir despacito si queremos teminar, no vayamos a quedarnos como el gallo de Morón, sin plumas y cacareando, jeje.
Uy, uy, uy, cada vez estamos peor de la cabeza. Gran reto el que te propones, digno de un gran hombre. Te animo a que lo hagas y luego nos cuentes la experiencia. Yo, como soy pequeño....
Chapeau!! para el artículo.
Si vivieramos cada día bajo las directrices que comentas, ¡¡ que vida más distinta tendríamos !!.
Saludos y ánimo para conseguir tú nuevo objetivo marathoniano, que además servirá para abrir camino a otros que alguna vez nos plantearemos ese gran reto.
Alehandro.
La paciencia es la mayor de las virtudes para un corredor. Comparto todo lo que dices Jesús, el disfrutar día a día con el correr y quemando etapas...las marcas ya vendrán.
Anímate y vente a correr en Febrero a Sevilla...no lo lamentarás...Saludos y preciosa entrada.
Madre mía Jesús!, que manera de plasmar sensaciones. Una de las mejores entradas que he leído, de las que te cambian el día con lo que transmite. Enhorabuena. Ya verás en el maraton como se para el tiempo de verdad, el mundo que te aparece... ya nos lo contarás de esa forma magistral.
Un abrazo.
Magnifico, sublime, genial. A por el maratón Jesus, sin lugar a dudas de lo vas a comer.
Un saludo.
entonaria esos versos de itaca con la música del EL DORADO
Jesús, leyendo tu narración, se me antoja que sufriste un proceso parecido al misticismo duranet la media de Granada, pues por unos momentos te evadiste de la dureza de la prueba, del resto de corredores e incluso del público.
Esa vivencia tan íntima seguro que ha sido la que te ha impulsado a plantearte ese temido y a la vez anhelado reto que es la maratón.
Ánimos no te van a faltar, tantos los tuyos propios, como los de aquellos que confiamos plenamente en tus posibilidades.
Saludos y enhorabuena por este post!!
Amigos, se planea una gran tirada blanca para el próximo sábado. A grandes rasgos sería un entreno desde Pradollano en dirección al radiotelescopio, disfrutando de la nieve y las cuestas. En principio, Antonio, creo que Víctor y servidor nos sentimos nostálgicos tras la subida al Veleta y estamos dispuestos a ir, pero sería genial que alguno más se apuntase. Será una gran aventura. Animaos.
Si el cuerpo aguanta, también estaremos en Santa Fé.
Amigos, muchas gracias por estas palabras. Se trata, siempre, de correr. Como me conozco, me obesesionaré con la cita sevillana. La maratón. Pero hay que disfrutar de la preparación y, después, de la carrera.
Disfrutar haciendo lo que nos gusta: correr, entrenar y, claro, sufrir.
Escribir un libro, plantar un árbol, tener un hijo... y terminar una Maratón.
Ahí vamos. Creciendo.
Lo importante, además, ¡no caminar solos!
Un abrazo.
PD.- ¿Dónde está el Compae?
Tengo ganas de hacer una tirada por la sierra pero miedo me da si sólo vais vosotros. De todas formas como dijo el capitan Miller "aquí se viene a morir" así que decir lugar y hora de quedada que yo me apunto.
Un saludo.
NO OLVIDEIS DE ECHAR LOS CRAMPONES Y RAQUETAS!!!
abel este sábado pretendo pedalear tranquilamente
Así me gusta Onio, ese es el espiritu, dí que sí, aquí se viene a morir. Yo te veo muy bien para afrontar el reto.
Si os parece bien a todos, esta tarde haré una pequeña entrada para los planes del fin de semana y lo de las equipaciones.
Jesús, y esas zapas, es que no te gustan.
Ayer volvimos a las series, Victor y yo estuvimos en las pistas haceindo unos miles. A ver si llegamos a Cordoba con fuerza
Onio, ése es el espíritu!!! A ver si contagias tu ánimo al resto y surcamos Sierra Nevada en grupo. UN SALUDO
Yo tengo intención de ir el domingo a Santa Fé, y me temoque lo del sábado, por más que me atraiga, prefiero reservarme para el día siguiente.
Mario, imagino que para tí rodar suave con la bici, es subir a la cortijuela.....así que mejor un día en el que a continuación pueda descansar.
Saludos!!
Tu idilio con la marathon es sinónimo de exito, porque es certera la sensación exultante que emanan tus piernas, tu pluma y tu ser.Amigo, el cuerpo te solicita ese reto, y la mente aprueba el envite.La formula: disfrutarlo. Saludos.
Yo voy a ir también a Santa Fe... última prueba puntuable del circuito.
Antonio, tienes una cita interesante en mi Blog. Perdón por el autobombo, pero te va a gustar... mira la entrada de Generation Kill y los comentarios.
AQUI TIENES A TU COMPAE, SOLO PARA DECIRTE QUE G R A N D E ERES.
Cada ves estoy mas convencido que los premios literarios estan PACTADOS de antemano.
Grande PATON.
Recibe un abrazo de tu compae.
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