domingo, 7 de junio de 2009

UNA RUTA PARA EL RECUERDO (por Antonio).



La verdad es que hay veces que corres y otras que entrenas. Las dos actividades son muy placenteras, aunque el entrenamiento, dada su finalidad, requiere de una mayor fuerza de voluntad y compromiso, además de suponer un esfuerzo considerable.

El de hoy ha sido un entrenamiento muy exigente, quizás de todos los que he hecho en ruta, el más exigente. Pero no por eso ha sido difícil, todo lo contrario. Ha sido uno de los mejores entrenamientos que hemos hecho, en lo físico y en lo metafísico.

A las nueve de la mañana, Javi y yo, hemos salido de la Guitarra, en Cumbre Verdes, con la idea de llegar hasta la Cortijuela, de ahí al collado del Trevenque, bordeando el pico homónimo, descendiendo por el refugio Rosales, para llegar a la toma del Canal de la Espartera y volver hasta la guitarra. Creo que se llega hasta casi los 2000 metros de altura, pero si tenemos en cuenta el desnivel acumulado al que nos hemos enfrentado, éste superaría los 1500 metros. ¡¡¡La verdad es que suena duro, pero lo es aún más!!!

Al partir, las sensaciones eran muy buenas: hacía una magnífica temperatura; nos encontrábamos fuertes, y tantas jornadas de entrenamientos juntos han creado una complicidad atlética-festiva inmejorable entre nosotros. La idea era entrenar de cara a la Ragua y habíamos firmado un pacto de no agresión que nos ha ayudado en nuestro objetivo.

Al enfrentarnos a las primeras cuestas serias, aquella que nos lleva por encima del puente de los 7 ojos, le decía a Javi que el objetivo era terminar pensando que la Ragua era menos de lo que teníamos por delante. Aunque sabéis que soy dado a las exageraciones, ha faltado poco para cumplirlo.



Al llegar a la Cortijuela, nos deleitamos con sus frescas aguas y seguimos ascendiendo, ahora hacia lo desconocido, porque a pesar de conocer, en teoría, el recorrido, no sabía por donde discurría exactamente. Perdernos entraba en mis cálculos. Para rebajar la tensión bromeábamos sobre la serie de un aventurero que enseña como sobrevivir en ambientes hostiles a base de gusanos de cadáveres y otras delicias gastronómicas.


Cuando estábamos coronando, muy cerca del Trevenque, nos alegramos de que terminasen las subidas, pero eso sí, la ascensión murió matando con dos rampas de infarto. Justo antes de coronar, nos cruzamos con dos mujeres, que al igual que nosotros, iban corriendo sólo que haciendo el recorrido inverso, al verlas y comprender lo que habían hecho les aplaudimos y animamos. De ahí comenzamos a bajar y la conversación volvía. Habíamos subido practicando una tensión constante sobre nuestro ritmo, que sin ser abusivo, hizo que en momentos fuésemos muy alegres.


Las Bajadas requerían de cierta pericia pues eran muy empinadas, pero bajar siempre es bajar y otra vez, tras salir de la desolada y alta montaña, el bosque, el verdor casi ofensivo y el agua nos volvía a acoger. Así, llegamos a la toma del Canal, donde el bramido del agua nos poseyó de tal forma que acabamos en la pequeña presa zambulléndonos totalmente.

El baño frió nos dejó totalmente nuevos, parecía que no habíamos hecho nada y con estas buenas sensaciones afrontamos la vuelta del Canal. Al principio todo fue bien, el clima seguía estupendo, estábamos reconfortados y el terreno, aunque técnico, se hacía llevadero. Pero aquí habíamos venido a sufrir y de ello se encargó la segunda mitad del recorrido del Canal, con especial saña en los famosos y temidos arenales. Menos mal que las vistas nos alegraban. Desde la pista forestal hasta el coche fue un agradable paseo, en el que todavía nos costaba asimilar lo que habíamos hecho.


Las sensaciones, con unas buenas y frías verdes en la mano, no podían ser mejores. Hemos entrenado muy bien para la Ragua, hemos compartido una mañana increíble, las imágenes de los paisajes todavía me asaltan, y me siento más corredor y más cerca de la naturaleza.

14 comentarios:

Paco dijo...

Enhorabuena a los dos por ese entreno, suerte en LA Ragua!

Abel dijo...

Estupenda crónica, Antonio, de la ruta que os habéis marcado por esos parajes tan fabulosos del entorno del Trevenque.
Parece que estáis con una buena puesta a punto, de cara al duro reto de La Ragua, que sin duda superaréis ampliamente dado el nivel de entrenamiento que atesoráis a estas alturas de temporada.
Nos vemos pronto por esos caminos.
Saludos!!

Javi dijo...

Antonio, venía en el coche reflexionando sobre lo que hemos hecho esta mañana. He soñado despierto evocando de nuevo los parajes y las sensaciones vividas, de extrema dureza y de placer excelso, todo a la vez. Mis piernas me recuerdan lo vivido, pero más allá de sensaciones físicas, el regusto que me ha quedado hoy es insuperable. Esa simbiosis que creamos en los entrenos (cada vez màs duros pero bonitos), esa complicidad, ese ápice de locura compartida (colofón con chapuzón en la gélida presa... como canicas).
Todo ello hace que el domingo acabe con una sensación de satisfacción plena, a sabiendas de lo que hemos sido capaz de acometer, y lo que nos quede... Nos hemos cargado unos 25 kms (si no más) en un perfil dificilísimo. ¡Estoy eufórico! Compañero, como bien dices, menos mal que las vistas nos hacían el trayecto más llevadero. ¡Gracias por la crónica y por la velada!

Jesús Lens dijo...

Uf. Esa travesía es dura andando así que corriendo... estáis hechos unos animales.

Enhorabuena.

Javi dijo...

Cuando el corredor se funde con la naturaleza se alcanza un clímax difícilmente superable. Terminas con la sensación de que has vencido, de que has podido con todas las dificultades que el terreno nos ha planteado. El goce visual fue insuperable y si además lo aderezas con una verde final... ese primer trago... dios!!! 2h y 20 minutos de aventura.

Paco Montoro dijo...

Antonio, no hay nada mejor que descubrir nuevas rutas y acabarlas con unas buenas verdes con grandes compañías. Suerte para la Ragüa....un abrazo

Antonio dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios.

En otro orden, estoy mirando para reservar en el mismo restaurante que comimos el año pasado en La Calahorra. Por ahora hemos confirmado entre 6 ó 7. El que quiera venir que lo diga de cara a la reserva.

Un saludo

Victor dijo...

Envidia me dais amigos, ya sabeis que os hubiera acompañado pero estaba en ese triatlon de montaña, que también tuvo su miga. Ese entrenamiento lo teneis que repetir conmigo, que además yendo dos nada más por ahí perdidos la gente que no os conozca puede empezar a comentar... (jejeje). Un abrazo

Mario dijo...

al final hicisteis la ruta, y en domingo. Lo que no localizo es esa presa donde os disteis un baño???? ... no coment. POr cierto como fue la madruga hoy?

Anónimo dijo...

Hoy Miercoles intentaré llegar al Veleta en la burra, ¿alguien se apunta?.
Aleandro.

Abel dijo...

Aleandro, yo mañana estoy disponible para ese intento de ascensión, aunque se me antoja algo dura para mi estado de forma actual.
Por cierto, ¿cambiaste las ruedas a unas finas o harás el ascenso con ruedas de tierra?...yo tengo montadas de tacos, así que la historia cambia bastante.
Ya me contarás.
Saludos!!

Anónimo dijo...

Abel, pues sigo con las de tierra, porque un amigo se ha comprado una burra y no es cuestión de dejarlo ahora tirado a la hora de las salidas. Así que al final le pondré unos finas dentro de un par de semanas.
Mañana tengo ordenes claras de mi "mujer" de ir a la playa y ante eso no hay quién rechiste.
PEro el Sábado haremos una ruta, eso quiero, desde Granada al Sotillo de Iznalloz o parecida, así que si te ves mejor, pues apuntate a la salida del sabado.
De todas formas, antes de la cicloturista quiero subir a PradoLlano o al Veleta un par de veces, así que te avisaré.

Abracicos. Aleandro.

Victor dijo...

Amigos, echadle un vistazo al video que ha hecho un compañero del club de triatlon (Eugenio) del X-challenge de Marbella del pasado fin de semana, creo que es lo más extremo que he hecho nunca:

http://triatlonarmilla.blogspot.com/

Un saludo

Javi dijo...

Víctor, no veas cómo me pones con el neopreno, jeje. Buena pinta tienen esas aventuras que os metéis, además veo que te tiene ilusionado, que es lo que más importa. Nada, a seguir disfrutando, amigo. Un abrazo